Fekir, el ‘argelino’ que se quemó con aceite hirviendo
Una cicatriz, símbolo de superación
Como tantas otras, la de Nabil Fekir (18-071993) es una historia de superación. ‘Nabilon’, conocido así en su familia de origen argelino, es el mayor de cuatro hermanos (uno de ellos, Yassin, también juega ya en la primera plantilla del Lyon). Se crió en Jaques Monod, un suburbio de Villerbaunne, localidad al noreste de Lyon. Empezó a jugar en el pasillo de su casa, donde rompió “jarrones y candelabros”. La cosa fue a más en una visita a su familia en Argelia. Le dio un pelotazo a un recipiente con aceite hirviendo. El episodio le costó una cicatriz en el lado izquierdo de su cara… Sus primeros equipos fueron el Valulx-en-Velin y el
Caliure. Fekir, que siempre ha admirado a Ben Arfa, zurdo como él, cumplió su sueño a los 12 años cuando aterrizó en el Lyon. Pero el sueño pareció irse al traste. Víctima del síndrome de Osgood-Schlatter, una enfermedad que afecta a la rodilla en la época de crecimiento, el Olympique le descartó con apenas 14 años. Volvió sobre sus pasos y probó fortuna en el modesto Saint Priest y su fútbol empezó a llamar la atención. Fue entonces cuando el Lyon supo que el Saint Etienne, su archirrival, le había ofrecido un contrato. Cuenta la leyenda que, para convencerlo de que volviese, el Lyon le pagó el carnet de conducir.
Jean Michel Aulas, presidente del Lyon, llegó a compararlo con Messi y el delantero enseñó su camiseta al estilo del argentino en el Bernabéu en el derbi ante el Saint Etienne. El festejo provocó una invasión de campo en el Geoffroy-Guichard. En la tienda del Lyon un maniquí imitó su gesto y su afición le recibió como un héroe en el partido siguiente y con un mosaico que imitaba su celebración.
Descarte El Lyon llegó a rechazarle por tener el síndrome de OsgoodSchlatter