Fracaso histórico de los Lakers de LeBron James
LeBron James llegó a la NBA en 2003. A partir de su tercera temporada, en 2006, empezó a jugar playoffs y no ha parado desde entonces... hasta ahora. Después de tres anillos y ocho finales seguidas, su primera temporada en Los Ángeles está siendo una abso
Entre 1948 y 2013, de Mineápolis a Los Ángeles, los Lakers solo se quedaron cinco veces fuera de playoffs. En ese tramo jugaron 31 finales y ganaron 16 anillos de campeón, convertidos en una extensión de Hollywood y uno de los emblemas del deporte mundial. Pero a partir de ese 2013 el equipo angelino es el que más partidos ha perdido de toda la NBA (320 por los 318 de los Knicks), no ha vuelto a las eliminatorias y tampoco lo va a hacer en este curso. Será el sexto seguido fuera de la lucha por el título. Y el más doloroso porque este año contaban con un factor teóricamente infalible: LeBron James.
Sin playoffs. LeBron llegó a la NBA en 2003 y en 2006 comenzó una racha de trece seguidas en playoffs. En los últimos ocho años, entre Cleveland y Miami, ha jugado las ocho finales y ha sido tres veces campeón. Ahora va a quedarse con unos Lakers en los que su entrenador, Luke Walton, será despedido a final de temporada y donde se cuestiona a los que dirigen los despachos y construyeron este proyecto fallido: Rob Pelinka, antiguo agente de Kobe Bryant, y el mismísimo Magic Johnson.
Después de 66 partidos, los Lakers están igual que la pasada campaña: 30-36. Algo increíble cuando se ha sumado a un LeBron que firmó en verano por cuatro años y 153 millones de dólares. A priori, el principio de una resurrección frenada, sobre todo, por las lesiones: el propio LeBron (34 años) ha sufrido la más grave de su carrera, un problema en la ingle que le obligó a perderse 17
Luke Walton
El entrenador tiene los dos pies fuera del equipo para el próximo curso Lesiones LeBron, Lonzo e Ingram solo han podido jugar juntos 23 partidos Inaudito LeBron llevaba trece temporadas seguidas sin faltar a los playoffs
partidos. Y las dos grandes promesas, Lonzo Ball y Brandon Ingram, están fuera hasta final de curso. Los tres han jugado juntos solo 23 partidos.
A partir de ahí hay que sumar el mal ambiente que creó el traspaso fallido por Anthony Davis, cuando se hizo público que los Lakers estaban dispuestos a deshacerse de prácticamente todos sus jugadores menos LeBron con tal de fichar a la superestrella de los Pelicans. Ahí se torció del todo una temporada que había llegado a Navidad con muy buena pinta: 20-14 y cuartos del Oeste tras arrasar a los Warriors en Oakland. Ese día se lesionó LeBron y comenzó la pesadilla para un jugador que acaba de convertirse en el cuarto máximo anotador de la historia de la NBA pero para el que esta temporada, la primera de su carrera en el Oeste, ya es una mancha en el currículum. Entre los Lakers y sus patrocinadores va a ganar más de 89 millones, su familia es feliz en Los Ángeles y sus negocios en Hollywood van viento en popa. Pero en la pista todo ha salido mal y esperan semanas muy larga, sin nada por lo que luchar, y un verano en el que los Lakers tratarán a la desesperada de construir un equipo ganador. Una de las últimas balas para un LeBron que en diciembre cumplirá 35 años.
EL MERCADO, MUY COMPLEJO
Los Lakers tendrán en verano dinero suficiente para hacerse con otra gran estrella, pero no parece claro que la caza mayor vaya a estar a tiro: ni Kevin Durant ni Kawhi Leonard parecen interesados en jugar al lado de LeBron James y se cree que Klay Thomposn y Kyrie Irving renovarán con Warriors y Celtics.