“Detrás de un galgo abandonado hay robo y furtivismo”
Luis Ángel Vegas, con los aperos de un campeonato, desde las traíllas con la que se lleva a los galgos que van a competir, hasta los pañuelos con que se comunican las notas de los jueces y el cronómetro para validar la legalidad de la carrera. Todo eso, entre muchos más detalles, se trata ahora de unificar entre varias asociaciones de países donde hay carreras de galgos. Vegas ya se ha reunido con los irlandeses, y en los próximos meses con Qatar para crear una federación inexistente. limitando el número de competiciones que pueden hacer al día, y siempre con los veterinarios cerca”, apunta, y enfatiza que “no se trata de cazar a la liebre, más lista que el galgo, y que sólo se cobra como mucho una de cada cuatro salidas. Lo que se valora es la limpieza de la carrera, de 52 segundos como mínimo, cómo se sigue a la pieza, sin atajos, entre dos galgos, y gana el mejor a juicio de los jueces que les siguen a caballo. Es más, los galgos ya resabiados que atajan para cazar puntúan menos y se les acaba retirando, por eso la vida deportiva de un galgo es corta; luego sirven para criar”.
El estigma. Se señala y se acusa a los galgueros de abandonar a sus perros en el campo, ahorcarlos, deshacerse de ellos. “Es algo que combatimos porque es falso”, asegura, y señala que para eso está el Registro Oficial “en el que consta el chip, la marca y el ADN de los galgos”, con lo que el Seprona no tendría problemas para conocer al dueño de un perro asesinado.
“Tenemos problemas graves, el del hurto de perros, que pedimos que sea un delito, y el furtiveo. Detrás de un galgo perdido hay un robo”, asegura.
¿Pero tanto dinero vale un galgo? “Nada. Los perros no se venden. No hay negocio
TRABAJA POR UNA FEDERACIÓN INTERNACIONAL INEXISTENTE
directo con ellos, ni siquiera en premios. Lo que se busca con el triunfo es el reconocimiento social en un deporte en el que las diferencias económicas quedan fuera de la competición: ahí todos son iguales”, valora el presidente de la Federación, que recuerda que en los últimos cuarenta años “ningún galgo ha ganado dos veces el Campeonato de España, y hasta ahora los finalistas tampoco repetían en un segundo campeonato”.
También presume Luis Ángel Vegas del protagonismo de la mujer, que ha pasado de una presencia testimonial a ocupar el quince por ciento de las licencias: “Tenemos 5.700 criadores de afijo y 15.038 galgos con carácter deportivo para 14.000 licencias, de las que 2.100 son femeninas, y además muy combativas, muy intensas y muy interesadas en el galgo. Los cambios culturales también sacuden al mundo social del galgo”.
Y da un nombre emergente de una mujer, el de Rebeca Cuñado Martínez, subcampeona de España de campo en 2019 con Chaparra de Triki, y además explica que para ser galguero “no hay edades, y en la competición se pueden ver a adolescentes de 18 años cumplidos hasta personas de más de 80 años. Es una mescolanza absoluta”.
Dedicación “A un galgo se le entrena a diario, con todo tipo de cuidados”