AS (Galicia)

Luis Casanova “Cubells llegó a un acuerdo con el Santos para fichar a Pelé”

Luis Casanova (83 años, Valencia) creció entre futbolista­s y siendo hijo del presidente más recordado del Valencia, una entidad que hoy cumple 100 años. Su excelsa memoria, su elocuente conversaci­ón y su sabiduría futbolísti­ca permiten viajar por la histo

- CONRADO VALLE

El Valencia cumple hoy 100 años ....

—Y mi padre fue presidente durante casi 20 (1940-1959). ¡Una quinta parte! ¿Y sabe qué me decía que fue lo mejor? El cariño de los futbolista­s. Juan Ramón, Puchades,... Fue padrino de boda de Iturraspe y Mundo. Por mi casa cada tarde pasaba alguno a contarle sus problemas. Esa familiarid­ad cuesta hoy encontrarl­a. De Pedro Cortés y Jaume Ortí sí me hablan bien muchos futbolista­s. —¿Cómo llegó su padre al fútbol? Porque en 1936 ya fue presidente interino del club. —Mi abuelo lo envió a estudiar inglés a Londres. Allí un amigo se lo llevó a un partido y le cautivó. Se hizo socio del Arsenal. Regresó a España, entró en el Valencia... y hasta el 59. —¿Cuál es su primer recuerdo del Valencia?

—¿El mío? Piensa que yo iba a los Jesuítas y mi padre ya era presidente. Pero recuerdo que me impactó mucho la Liga de 1947. ¡Qué retrasada estaba España! No supimos que éramos campeones hasta 30 minutos después de serlo. —¿Por qué?, ¿qué pasó?

—El Valencia jugaba contra el Gijón en Mestalla. Hasta la bandera. Ganamos 6-0. Pero no dependíamo­s de nosotros. Tenía mínimo que empatar el Athletic en Coruña, ya descendido, y tampoco podía ganar el Atlético, que jugaba en su casa contra el Madrid. En el vestuario había un teléfono. Parece que aún estoy viendo a Luis Colina (secretario general) gritando: “¿Demora?, ¿demora?, ¿cómo que demora? ¡Qué tengo fuera a miles de personas esperando!”. La telefonist­a no le podía pasar las llamadas con Madrid y Coruña y hasta media hora después no nos enteramos del empate del Athletic y la derrota del Atlético. ¡Éramos campeones! Mestalla se enteró de la noticia por la megafonía.

—¿Cuál es el mejor Valencia que usted ha visto?

—El de la década de los 40. Era el mejor equipo de España. El Valencia y el Athletic, hasta que llegó Di Stéfano al Madrid. Al Valencia de los 40 sólo se le acerca el de (Rafa) Benítez. ¿Y sabe por qué? Los jugadores sufrían la derrota y sentían cada victoria. Los equipos son como las cosechas de vino. —¿En qué sentido?

—Las viñas siempre son las mismas, pero las cosechas, no. El fútbol es igual. Benítez pilló una cosecha buena y la hizo campeona: Albelda y Baraja eran futbolista­s de los de antes. Esos habrían jugado seguro en el Valencia de mi padre. —¿Alguno más?

—Hay jugadores que serían futbolista­s en cualquier época. Pero de esos hay pocos, no se crea. Claramunt, Subirats, Arias... Recuerdo que mi padre se encontró un día con Fernando (Gómez Colomer) y le dijo: “Usted es el único que habría jugado en mi época”. —¿Cuál sería su once de la historia del Valencia?

—De portero, sin dudarlo, Eizaguirre. Defensas, el mejor ha sido Arias. Él y Sendra, que lo fue gracias a Cubells que lo reconvirti­ó. ¡Qué ojo tenía Cubells! Laterales ha habido buenísimos: Sócrates, Piquer, Vidagany... de ahora me encanta Gayà. Ese chico llegará lejos porque es fuera de lo común, como pasó con Jordi Alba. —¿Medios y delanteros?

—El delantero más espectacul­ar que he visto fue Faas Wilkes. Ése no era muy trabajador, pero en cinco jugadas te ganaba para siempre. Wilkes tenía más calidad que Di Stéfano y Maradona, aunque ellos eran más jugadores de equipo. De extremos Epi, Mañó, Guillot, Subirats, Claramunt... es que si me pongo a hablar de jugadores, te quedas sin espacio. —¿Su padre por quién tenía predilecci­ón?

—Por Puchades. También por Epi, al que cuidó como a un hijo, por eso le dolió mucho que montara en rebeldía para irse a la Real Sociedad. Igoa también se fue. Pero él pidió permiso y lo hizo mejor. —Con Puchades no tuvo ese problema. Él rechazó siempre salir del Valencia. —También Amadeo, al que cada verano lo quería fichar Bernabéu. Pero, fíjate, Puchades es de los pocos jugadores a los que mi padre le aconsejó irse. “Antonio, el Barcelona te paga tres millones de pesetas y nosotros sólo podemos darte uno”, le decía. Un buen piso en esos años costaba 60.000 pesetas. Imagínate. Un día quedaron a comer con el presidente del Barcelona y Puchades le dijo: “Mire señor, nunca le voy a poder meter un gol al Valencia porque yo soy del Valencia y si me voy a Barcelona, el Garbí me pilla muy lejos y a mí allí me esperan todas las tardes para jugar la partida”. Puchades tenía unos principios nobles, era un sabio popular. —¿El mejor fichaje de su padre?

—No fueron jugadores, Luis Colina, secretario general, y Eduardo Cubells, secretario técnico, que es la parcela más importante de un club. Cubells, como Pasiego, tenía un instinto especial para fichar. —Pasiego fichó a Kempes. —Y Cubells tenía un acuerdo verbal con el Santos por Pelé. —¿Por Pelé?

—A Cubells le gustaba el fútbol brasileño y cuando se permitió fichar extranjero­s, a Brasil que se fue más de un mes. Un día llamó a mi padre y le dijo: “Hay un chico de 17 años que va a ser un fenómeno, se llama Pelé”. “Fíchalo”, le dijo. Cubells llegó a un acuerdo con el Santos, que se firmaría cuando Pelé regresara del Mundial de 1958. Pero Pelé hizo una maravilla de Mundial y el Santos dijo que ya no lo vendía.

Valencia

“El mejor fue el de la década de los 40, era el mejor de España; el de Rafa Benítez se le acercó” Puchades “Era el futbolista por el que mi padre tenía más predilecci­ón”

La Liga del 47 “No supimos que éramos campeones hasta media hora después, cuando pudimos llamar a Madrid y Coruña”

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