AS (Galicia)

Su recuperaci­ón: trabajo extra en casa y optimismo

Hoy se le realiza otra resonancia

- POR MARIO CORTEGANA

—Sí, él y Casmeiro. Desde mi llegada a Madrid me han ayudado mucho. —¿Qué le dicen? —Cosas para hacerlo bien. Marcelo, que tengo una personalid­ad muy fuerte, que no tengo miedo a nada. —¿Y usted no le ha dicho a Marcelo que se aplique? —No, no… (risas). —Es del barrio de San Gonzalo, en Río. Su padre arregla ordenadore­s… ¿Crecer en un barrio humilde influye en su juego? —De pequeño jugaba con mis amigos cerca de casa y practicaba mucho el uno para uno. Y siempre pasaba muy fácil. Todos decían que jugaría muy bien. Cuando empecé en el Flamengo hacía todo lo que hacía cerca de mi casa. —¿Se ve algún día siendo un mito del fútbol brasileño? —Estoy trabajando para eso. Vine a Madrid para eso, para estar entre los mejores y hacer historia aquí y con la selección. Como Neymar, que con 27 años ya tiene más goles que casi todos los jugadores. Sólo Pelé tiene más que él. Estoy aquí para hacer bien las cosas y para pensar en la selección. Creo que con el Madrid voy a entrar en la historia del fútbol brasileño. —¿Qué le dijo Zidane cuando se conocieron en el vestuario?

—Que tuviera tranquilid­ad para volver cuando antes de la lesión y que no me preocupara, porque ahora no hay cosas importante­s.

—Su primer gol fue de rebote y lo celebró como en una final. ¿Qué pensó? —Era un momento muy delicado para todos. Creo que era el segundo partido de Solari. Lopetegui acababa de salir, yo estaba empezando a jugar. Era mi segundo partido y en el Bernabéu. Poder ayudar así me emocionó. Soy feliz todos los días que voy a entrenarme. Imagina después de jugar. —¿Tiene mucha confianza? —Hay veces que pienso que yo soy en el que más confío. Más que en otras personas. —Suenan Neymar y Mbappé. ¿Y por qué no Rodrygo y Vinicius? —Rodrygo va a ser un grande, como Neymar o Mbappé. Tiene todo lo que hace falta, una calidad impresiona­nte, uno para uno… Hace todo muy fácil. Va a llegar pronto y ayudará a todos. —¿Es consciente de que a veces el jugador brasileño tiene fama de fiestero?

—Eso pasa dentro y fuera del campo. No todos los brasileños somos iguales, no todos vamos de fiesta. Pero los jugadores también tienen que salir a veces. Cuando están de vacaciones, por ejemplo. Jugando sólo hay que pensar en dar lo mejor para tu equipo.

—Usted no es de fiestas. —No, yo no.

—¿Se ve con el Balón de Oro? —Sí. Trabajo para ello. No sé cuándo... Me gustaría con 25 o 26 años, en plena madurez. Ya estoy jugando con los mejores y tengo 18; con 26 haré todo muy bien y jugando aquí, con los mejores jugadores, que me ayudan siempre dentro del campo, creo que puedo ganarlo.

—Mire a Modric, que lo ha ganado con 33 años...

—Es un jugador increíble, hace muy bien las cosas dentro y fuera del campo. Fuera hace feliz a la gente que está con él. Siempre quiere que estén bien. —Además de con los

Vinicius (18 años) pasa los días trabajando para recuperars­e de la rotura de ligamentos de la articulaci­ón tibioperon­ea de la pierna derecha, lesión que sufrió el 5 de marzo ante el Ajax. Según ha podido saber As, el sábado pasó una revisión de la que los médicos del Madrid salieron satisfecho­s con su evolución. Sin embargo, aún es pronto para conocer la fecha de regreso. De hecho, sigue con muletas para no apoyar el pie. No obstante, si la previsión inicial era de 60 días de baja, la cuenta atrás va ya por alrededor de 40. El jugador, que hoy se someterá a otra resonancia, espera regresar a inicios de mayo.

Vinicius trabaja a diario tanto en Valdebebas como en casa. Por las mañanas va a la ciudad deportiva madridista, donde le acompaña el equipo de fisios del

brasileños, ¿quién más es su amigo?

—Benzema. Se nota en el campo. Desde mi llegada, cuando no tenía a Marcelo y a Casemiro, que estaban de vacaciones, tenía a Karim, que me daba los mejores consejos. —¿Ronaldo también le aconseja? —Sí, siempre. Desde que jugaba en el Flamengo, para irme de los rivales. En el uno para uno era el mejor y tenía mucha personalid­ad. —¿Le llamó para irse al Valladolid? —No me dijeron nada. Ni él. —¿Le gusta ver fútbol?

—Me gusta más jugar a los videojuego­s. Me pido el Madrid contra el equipo que sea. —¿El partido ante la Real Sociedad fue un punto de inflexión para usted?

—Sí. Antes también, pero ahí jugué mi segundo partido como titular. Antes lo había hecho en la Copa del Rey. Jugué muy bien, en casa, y supe que podría triunfar en el Madrid. —¿Cómo se imagina el futuro del Real Madrid? Madrid, con el que está encantado por su amabilidad y disponibil­idad total, ya sea en las instalacio­nes del club o cuando se desplaza a su residencia. Tras la hora y media o dos horas de ejercicios en Valdebebas, realiza cuatro sesiones de 30 minutos en su casa. Ahí tiene un equipo ultramoder­no (véase la foto de la izquierda) que le ha proporcion­ado el club. En total, invierte en su recuperaci­ón de forma activa unas cuatro horas al día.

Vinicius asumió rápido que con este percance se le escapaba su primera gran oportunida­d con Brasil y que el cambio de técnico le ha pillado en la enfermería en lugar de en el campo, sin poder demostrarl­e a Zidane su potencial. Con una sonrisa y optimismo, se ha refugiado en su familia y en trabajar cada jornada lo máximo posible.

Rodrygo “Va a ser un grande, como Neymar o Mbappé. Lo tiene todo”

Sesiones Entre Valdebebas y su casa, se ejercita unas cuatro horas diarias

—Conmigo y con todos los jugadores que tenemos aquí, vamos a volver a hacer historia. Todos los jugadores de aquí han ganado tres Champions seguidas, tenemos a los mejores en todas las posiciones. —¿Hubo problemas entre Isco y Solari?

—No. Las cosas del vestuario son privadas. Las reuniones siempre son entre los jugadores y el entrenador, y allí se acaba.

—Le gustan los tatuajes...

—Me hice uno tras ganar el Mundial de Clubes. Si no, mi padre no me deja. Y otro porque hice dos goles en la Libertador­es. Me encantan.

—Y es muy creyente, ¿no? —Creo mucho en Dios. Le pedí fichar por el Real Madrid. —¿Le gusta el VAR?

—Me convence. A todos los jugadores y al club también, están a favor, hará ver las cosas correctame­nte. Es justo, aunque no siempre, puede fallar. —¿Manda mucho Ramos? —Creo que todos los que llevan más tiempo mandan más.

Balón de Oro “Quiero ganarlo con 25 o 26 años, en plena madurez”

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