El Madrid, a repetir el plan ante un Barça “más duro”
En los últimos cuatro años el que ganó el segundo se llevó la Liga
La historia avanza y los precedentes cambian. Ahora, el segundo partido de la final tiene la trascendencia que antes tenía el primero, cuando ganarlo era sinónimo de título. En las cuatro últimas temporadas el que se llevó el segundo duelo conquistó la Liga. El 2-0 nunca se ha remontado en una final y situaría al Madrid a un paso del éxito y al Barcelona contra las cuerdas.
Los blancos ganaron el sábado, por primera vez desde la llegada de Pesic al banquillo azulgrana en febrero de 2018, un Clásico en la ACB. En esos 16 meses, el Barça había vencido en los tres duelos de la liga regular y en las dos finales de Copa. “Teníamos que presentar nuestras credenciales desde el primer momento”, contó Laso a posteriori. “Ejecutamos bien el plan de partido y no tuvimos
que realizar ajustes, le doy mucho mérito a la concentración de los jugadores”. Justo lo que le reprochaba Pesic a los suyos: “No me gustó la actitud”. “Hay que jugar más duro”, refuerza Hanga.
Hoy, en el segundo asalto, ya saben por dónde irán los tiros: el Madrid tratará de calcar mentalidad, intensidad y acierto y el Barça, frenar el ritmo blanco y desatar su nudo defensivo. En el 1-0, el Real salió a anular a los tiradores, incluso a costa de sufrir en el rebote (enorme labor de Claver) y de que Oriola sacara ventaja en acciones rápidas o de pase extra.
Los culés lanzaron diez triples menos (21) que su promedio hasta entonces en el playoff (31) y con un pobre porcentaje (29%). Campazzo, con la imponente ayuda de Tavares, anuló la generación de juego de Pangos, Rudy oscureció a Ribas y luego amargó a Kuric, que no sacó ventaja de los bloqueos indirectos. Mientras, Taylor le puso las cosas difíciles a Heurtel, Randolph cumplió muy bien con Singleton y Tavares aguantó a Tomic. Y en ataque, 13 triples (41%), 18 asistencias y solo 6 pérdidas. Unos, a calcar el plan y los otros, a deshacer el lazo. Más madera.