Resbalón de Djené, chichó
Un patinazo del defensa azulón al querer regatear origina
Alrededor de quinientos seguidores suizos estuvieron anoche en las gradas del Coliseum. Antes del partido, los más ruidosos, situados en el fondo norte, encendieron bengalas y llegaron a lanzar algún objeto a los fotógrafos situados debajo. En el resto del día su comportamiento fue muy correcto y no hubo ningún problema en las calles cercanas al estadio, donde pasaron el tiempo tomando cervezas hasta acceder al campo una hora antes del partido. Un sector mucho más tranquilo se situó en la tribuna cubierta.
Resbaló Djené al borde del área cuando quiso recortar de espaldas a Petretta (hay licencias que se pagan caro por muy seguro que uno esté), el italiano le robó el balón y acabó siendo el 0-1. El único remate entre los tres palos de los suizos, que ahora son los líderes del Grupo C.
El portero Nikolic, que debutaba en la Europa League y era el suplente de Manojlovic (tercer portero del Getafe) cuando ganaron el Mundial Sub-21 con Serbia, fue la estrella del partido.
Salió airado el Getafe pisando el área suiza desde el primer minuto. Un córner, una llegada a línea de fondo y un tiro al poste (9’) de Ángel.
El Basilea escenificó a la primera de cambio a qué había venido a Getafe. En caso de duda, balones a Ademi, un delantero de 1,95 metros como una roca que en el primer choque con Bruno (uno de los tipos graníticos del Getafe) le dejó fuera de combate.
No fue la noche de suerte de los centrales azulones, pues en el minuto 18 se produjo el fatal desenlace del 0-1. Djené resbaló y de ello se aprovechó Petretta para robar el balón, profundizar y dar el pase atrás a Frei quien, desmarcado, remató a placer. No habían transcurridos ni veinte minutos y el Getafe acumulaba más infortunios (lesión y resbalón) que remates a puerta.
Estos volvieron a llevar la firma de Ángel. En el 28’ fue un remate de cabeza cruzado. En el 33’, un remate mano a mano con el portero que Nikolic salvó con una parada de balonmano.
No volvió a hacer más el Basilea. Ni un tiro entre los tres palos. Las únicas noticias que dejaron los suizos las notaron los jugadores azulones en sus huesos. La brusquedad del Basilea, que practicó más el juego de los bolos con las tibias de los azulones que jugó de verdad al fútbol, anestesió la segunda parte.
La expulsión de Kevin Bua volcó el partido en el área suiza, pero pese a jugar contra diez el Getafe no tuvo ocasiones claras.
BENGALAS EN LA GRADA SUIZA