MURRAYFIELD
Varios integrantes de aquel equipo, entre ellos Tuineau, Torres, Malet, Malo y Camps, celebran con aficionados de la Santboiana aquella clasificación, conseguida ante Portugal en Murrayfield. contra Argentina, Francia, Gales, los Maori All Blacks, estuvimos a punto de ganar a Italia… En nuestra época tuvimos esa oportunidad de dar la cara ante grandes equipos”, confiesa Alberto Malo, capitán del XV, quien, tras aquel torneo, cerró una de las trayectorias más destacadas del rugby nacional.
España perdió por 3-47 ante los Springboks y por 0-48 frente a Escocia, pero se ganó el cariño del público con su arrojo y su propuesta, intentando jugar las pocas pelotas limpias que le entregaron dos rivales de mucha envergadura. Lo rememora Diego Zarzosa, otra luminaria de aquel bloque, que tuvo un breve paso por la Premiership inglesa con Harlequins y jugó un encuentro con los míticos Barbarians. “Los sudafricanos decían que iban a batir el récord de puntos anotados contra nosotros y todos los días nos desayunábamos con sus amenazas en la prensa. Era un poco desagradable. Pero no consiguieron pasarnos por encima. Creo que fue el partido con más placajes de los Mundiales durante varios años. Muy bonito”.
Parón. Ninguno cree que se aprovechara su gesta para el impulso definitivo del rugby en el país. “Hubo un parón. No se aprovechó mucho la inercia. No sé muy bien por qué motivo, serían muchos”, afirma Malo. “Se diluyó. El rugby ha evolucionado en fuerza y presencia algo más, pero yo veo a los uruguayos, por ejemplo, y están ahí. Y Georgia, Rumanía o Italia se nos han ido de las manos”, se queja Puertas. “Pensábamos que iba a ser el punto de inflexión, que iban a entrar dinero y contratos, pero no hubo planes consistentes”, remata Zarzosa. Inchausti pone el optimismo: “Tiene que caer otro Mundial próximamente”.