AS (Galicia)

Hernández Hernández tuvo un partido fácil en el Bernabéu

- ITURRALDE C. A. FORJANES /

El reglamento es el reglamento y el portero tiene que tener un pie en la línea. Se repite el lanzamient­o y amarilla a Cuéllar. Esto mismo, en la tanda de penaltis, no es amonestaci­ón al portero. Reglamento en mano, tienes que repetir el penalti si el portero lo para. También le pasó al portero del Villarreal, Andrés Fernández, contra el Levante. Lo que hay que debatir es por qué si el protocolo del VAR se usa para el portero, no se usa también para los jugadores que entran en el área antes de tiempo.

Físico de marine y mirada glacial. Luka Jovic impone pero en el Madrid, bien lo sabe Benzema, lo que valen son los goles. Al serbio no se le había visto aún ninguno de madridista, al menos legal. Ni oficial, ni en bolo veraniego. Nula (cero, en serbio). Su última diana había sido el 10 de junio, con Serbia...

Por eso Jovic tenía ante el Leganés su particular Halloween. Los fantasmas empezaban a agitar sus cadenas y más cuando en su primer remate, en posición franca, se le fue el balón tres metros a un lado. En la siguiente ocasión, al fin, gol. Al menos eso creyó por un segundo, hasta que vio el banderín del asistente. Era la segunda vez que le pasaba. Ante Osasuna se lo anularon por un fuera de juego milimétric­o.

Parecía casi bajo el influjo de una maldición zíngara.

Pero el 18 madridista es resiliente y apretó hasta lograr el primer gol muy a su estilo, rematando con todo y como venga la pelota. Su movimiento de cuello fue de puro delantero centro y ese 5-0 al Lega acabó con el embrujo que duraba 479 minutos oficiales y amistosos. De hecho, David Soria le impidió el doblete con un paradón en el descuento. “Jovic ha terminado con las miradas de sospecha”, insistía Axel Torres en el postpartid­o en Movistar LaLiga.

Con fe. Efecto balsámico que se notó en el propio delantero. Muy devoto (tiene tatuado un Cristo en un pectoral), cumplió con su ritual, santiguars­e tres veces, antes de soltar un largo resoplido. Fe y un efecto psicológic­o. “Nos alegramos, Luka lo necesitaba”, se felicitaba Zidane en la flash interview. Para Jovic, esta sequía era algo extraño porque nació bajo el signo del gol. Debutó con 16 años con el Estrella Roja y a los dos minutos marcó su primer tanto. Un 3-3 a la Vojvodina que le dio a su equipo el título...

Jovic se presentó al madridismo con aquel taconazo en Vila-Real, pero su fútbol va cargado de kilotones. Tiene el tren inferior más poderoso de la plantilla, un perro talla XXL (un enorme dogo negro) y viste una gorra con la imagen de un toro. “Todos los días pelea pero en los partidos no le salían las cosas...”, le analizaba Casemiro. Con Serbia no vive un buen momento, pero a Zizou le gusta. En el verano, el club le ofreció un trío de nueves a tiro en el mercado y el galo escogió a Jovic. Un Jovic que ya no está embrujado.

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