El Real Oviedo continúa su mejora en la defensa
El equipo es más sólido, a pesar de los fallos individuales
Javi Rozada ha sido sincero a lo largo de su etapa como entrenador del primer equipo del Real Oviedo. Consciente de las debilidades de su equipo, había situado el foco de mejora en el rendimiento defensivo. Los azules han sufrido problemas en la retaguardia desde la primera jornada de la competición (cuando perdieron 3-2 en Riazor) y nunca habían logrado una mejora sustancial. Los últimos partidos, que acabaron ambos con victoria carbayona, muestran los primero síntomas de mejora claros en la retaguardia oviedista.
Y eso que los errores individuales siguen estando vigentes. Ante el Rayo Vallecano, con el Oviedo por delante en el marcador, Alejandro Arribas falló en la salida de la jugada, regalando una pelota franca a Embarba, que se encargó de empatar el marcador. En Santo Domingo, el turno fue para el portero Champagne. Al guardameta argentino se le escurrió de las manos un centro desde la esquina y Boateng, delantero del Alcorcón, atento al desenlace de la jugada, embocó en el 1-2 provisional. Los dos errores han quedado en un segundo plano por las victorias de los azules en ambos partidos, que les sitúan en una posición más desahogada, con 3 puntos de colchón sobre los puestos de descenso a Segunda B. Pero se ha tratado de dos fallos aislados, nada representativos de la línea ascendente que muestra el equipo cada jornada y que invita al optimismo de cara a los próximos choques ligueros.
Porque los duelos ante el Rayo y el Alcorcón mostraron dos de las versiones más sólidas del Real Oviedo esta temporada. Los de Paco Jémez solamente dispararon en dos ocasiones, mientras que el conjunto alfarero lo hizo una vez. La marca llama la atención si se pone en contexto. Por ejemplo, si se compara con los seis disparos entre los tres palos que hizo Las Palmas hace tres semanas, o los 7 del Huesca en en la anterior visita.
Sin peligro Entre Rayo y Alcorcón dispararon a la meta azul en tres ocasiones