Ancelotti aterriza en el proyecto del Everton

“Queremos ser competitivos”, afirmó en su primer día

Carlo Ancelotti fue presentado a los medios de comunicación ayer e intentó aprovechar el momento para lanzar un mensaje equilibrado. El club es ambicioso (su idea inicial era coger un proyecto el próximo verano), hay presupuesto para hacer cosas interesantes (será uno de los entrenadores mejor pagados de Europa y el verano pasado ya se gastó 120 millones en fichajes, incluido la joven promesa Moise Kean y pagó por el traspaso definitivo de André Gomes) pero hay que ir poco a poco. “Queremos ser competitivos. Entrar en Europa sería bonito, pero todo ello requerirá de su tiempo”, afirmó el italiano.

“Creo que la plantilla es buena”, insiste Ancelotti que tuvo que cancelar su descanso en Roma y un viaje a Canadá para antender la llamada del Everton. “Hay una buena mezcla de jugadores con experiencia, otros de la cantera”. Ancelotti debe sortear un calendario intenso durante las Navidades (Burnley, Newcastle y Manchester City en seis días) antes de pensar en mejorar la escuadra y el equipo. “El club quiere construir un nuevo estadio, me excita formar parte de este proyecto”.

Ayer se dieron a conocer imágenes del diseño de la nueva casa toffee de 52.000 asientos y que debería estrenarse en 2023.

El problema es que el

Everton, con los peores números desde hace 14 años, no tiene claro qué quiere ser. La afición disfruta del estilo directo y agresivo que recuperó Duncan Ferguson en los tres partidos que dirigió (victoria ante el Chelsea, empate ante el Manchester United en Old Trafford y en casa ante el Arsenal), pero su máximo accionista, el billonario Moshiri, prefiere más glamour. El problema es que mezcla decisiones lógicas (fichar al director deportivo Marcel Brands del PSV) con otras escasas de criterio (trajo a Koeman sin equipo para que jugara como quería, y a un Rooney medio jubilado).

Para 2023 Se presentó el nuevo estadio que tendrá 52.000 asientos