Un Williams FW43 con el que volver a pelear
La escudería de Grove presentó ayer su nuevo monoplaza, con cambio de diseño, que pilotarán George Russell y Nicholas Latifi
Aprender de los errores para usarlos como un impulso y acercarse a la meta. Esta es la filosofía que ha adoptado Williams este invierno para tratar de convertir en una mala pesadilla del pasado las dos últimas temporadas en el Mundial de Fórmula 1.
Para conseguirlo, los británicos presentaron ayer el FW43, un monoplaza donde a primera vista sobresale la presencia del color rojo en los pontones y el alerón trasero. Una tonalidad que ya lució en 1998 y que confirma la importancia que ha adquirido este año ROKIT en las finanzas de la escudería de Grove tras oficializar la ruptura con Rexona después de un lustro de patrocinio. Si analizamos la nueva máquina de Russell y Latifi, que estrenaron en un filming day en Montmeló (como Renault y Haas), su aerodinámica permite ratificar el giro de 180º grados. Gracias al nuevo sistema de enfriamiento del motor Mercedes, la tapa motor, siguiendo la estela del resto de la parrilla, se ha estrechado hasta límites insospechados para facilitar el flujo de aire hacia la parte trasera y generar, junto con unos rediseñados bargeboards y un mayor rake (diferencia de altura entre los ejes delantero y trasero), mayor carga aerodinámica. “Hemos desarrollado las piezas que nos darían más rendimiento con los recursos que tenemos. Se trata de un desarrollo del FW42, sin cambios básicos de concepto”, asegura Doug McKiernan, su director de diseño. “Estamos comprometidos a reconstruir el equipo y a devolverle a la competitividad”, finaliza Claire Williams.