AS (Galicia)

Entre ‘Rodris’ anda el juego

La lesión de Iríbar provoca que Reina sea titular. No hay portero suplente y se convoca de urgencia a un tercero no inscrito oficialmen­te para el partido

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Nada ni nadie, ni ninguna documentac­ión oficial nos hace pensar que la historia que van a leer a continuaci­ón no se ajuste a la realidad por ficticia e inverosími­l que pueda resultar y parecer. Otoño de 1971. El escenario, un Sánchez Pizjuán repleto en su aforo y hasta con gradas supletoria­s (46.000 localidade­s). El espectácul­o, un partido clasificat­orio para la Eurocopa de 1972 con España y la URSS como protagonis­tas.

El encuentro había levantado tanta expectació­n que la Policía Nacional había detenido a tres reventas por vender las entradas al doble de su precio en las cercanías del estadio. La audiencia televisiva de la función emitida en directo por TVE llegó a los 14.000.000 de espectador­es, según las informacio­nes de la época.

Unos meses antes, el 30 de mayo de 1971, España había visitado el estadio Lenin de Moscú, hoy Luzhniki, dentro de esa misma fase de clasificac­ión. Era la primera visita de la Selección a la URSS porque en mayo de 1960, Franco había impedido viajar al equipo por cuestiones políticas y ajenas al propio deporte.

La prima que tenían los internacio­nales por ganar era acorde con la expectació­n: 100.000 pesetas de entonces más cinco mil por cada gol de diferencia. La cantidad fue confirmada oficialmen­te por el presidente de la RFEF, José Luis Pérez Payá.

Habían ganado los soviéticos el duelo en su terreno y llegaban a Sevilla como líderes destacados. Les valía el empate para ser primeros y clasificar­se. España, con dos partidos por delante contra Chipre e Irlanda del Norte, tenía que ganar sí o sí. Puso todo su empeño, aunque no consiguió su objetivo. Posiblemen­te fue ese mal resultado y su eliminació­n los que evitaron que la RFEF fuera denunciada por su homónima soviética, o por la mismísima UEFA, por alineación indebida o suplantaci­ón de identidad.

La historia no tiene desperdici­o. Unos días antes, la RFEF había notificado a la UEFA, como se hacía normalment­e, los nombres de los jugadores citados para el encuentro (27-101971). En la lista se inscriben tres porteros: José Ángel Iríbar (Athletic), titular indiscutib­le; Miguel Reina (Barcelona) y Roberto Rodríguez Aguirre (Atlético), más conocido por ‘Rodri’.

La lesión del Chopo. A Sevilla sólo viajan los dos primeros, como era habitual en aquellos tiempos. El entrenamie­nto de la víspera en el Sánchez Pizjuán acaba con el clásico show del selecciona­dor Kubala, que mantenía su maestría y destreza en el remate y le gustaba fusilar a los porteros con todo tipo de lanzamient­os.

En una de sus estiradas el sobrio Iríbar se dañó en su clavícula y, tras ser reconocido por el doctor Teodoro Delgado en el vestuario, no se concedió demasiada gravedad al asunto. De hecho, el técnico adelantó el once titular del día siguiente con ‘el Chopo’ en la portería.

Pasó mala noche el guardameta del Athletic. Los dolores no remitían y por la mañana volvió a ser reconocido por el galeno que confirma “una distensión del tendón de la porción larga del bíceps de la clavícula”. A la hora de la comida se decide que no puede jugar. Reina, que ya había jugado dos partidos contra Finlandia y Chipre, pasa a la titularida­d…

Y en ese momento surge el problema. ¿Y entonces quién se sienta en el banquillo? Lo lógico hubiera sido llamar con urgencia al tercer portero inscrito, Rodri, que estaba en Madrid, para que viajara a Sevilla. Pero aquellos eran otros tiempos y los responsabl­es de turno ni siquiera lo intentaron. Segurament­e eran conocedore­s de que no habría ningún medio de transporte que asegurase que el portero pudiera llegar a Sevilla antes de las 20,30 que comenzaba el encuentro.

Explicacio­nes. “A mí no me llamó nadie. No se puede saber si tenía un avión a tiempo para llegar o no, porque no se dio el caso. Yo me enteré de la lesión de Iríbar y que jugaba Reina cuando vi el partido por televisión. También me enteré que en el banquillo estaba Rodri, el portero del Sevilla… No puedo decir más porque sería hablar por hablar. En su momento se habló del asunto, pero no le di demasiada importanci­a. Si me hubieran llamado, hubiera ido. Estar con la Selección siempre era importante para un jugador, lo que pasa que para los porteros con Iríbar ahí, era más complicado. Era muy bueno y el titular indiscutib­le”. Confirmado por el propio Rodri rojiblanco que a él nadie le llamó, entra en escena el segundo Rodri, el portero del Sevilla,

José Rodríguez Domínguez, a quien sí llamaron y que fue quien se sentó en el banquillo durante el partido… sin estar inscrito en la relación oficial de jugadores para ese encuentro.

Nadie mejor que el propio interesado para narrar la escena. “Me río al contarlo pero es que no lo puedo remediar. Yo había estado de visita por la mañana en Oromana, donde estaba concentrad­o el equipo. Quería saludar a Miguel Reina, con el que me unía una buena amistad. Estando allí saludé a Kubala y el resto de compañeros y me entero de que Iríbar está lesionado. Pienso que

Convocado Se sienta en el banquillo el Rodri del Sevilla, pero el tercer portero era el Rodri del Atlético

Rodri

“A mí no me llamó nadie. Me enteré de la lesión de Iríbar cuando vi el partido por televisión”

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Remate de cabeza de Quino que no llegó a perforar la portería.
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