AS (Galicia)

A BALÓN PARADO

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—Con todos. Y si tuviera que elegir uno, no elegiría ni el primero contra Eslovaquia, ni el último, que fue bonito pero no sirvió para mucho. Me quedaría con los importante­s. Todos los que nos daban los pases de ronda tanto en la Eurocopa como en el Mundial.

—Me han dicho que si le doy una tarde es capaz de narrarnos uno por uno cómo fueron los 59 goles con La Roja… —Y todos los que marqué en mi carrera. Necesitarí­a simplement­e tener un tiempo libre para darle a la mente y empezar a pensar. Es como un cartero que reparte cartas. Es mi ‘abecé’ del fútbol. Todo lo que he conseguido es por hacer muchas cosas, pero sobre todo por hacer goles.

—Habla de su primer partido como algo inolvidabl­e. Fue contra San Marino y no marcó. —Entre mis sueños, el mayor era jugar un partido con la Selección. Fue mi primera camiseta. Para mí el fútbol era ver a la Selección. Mi padre decía, hoy juega la Selección. Ese día cumplí el sueño de los sueños. —Mundial de Alemania 2006. —El proceso hasta la Eurocopa de 2008 fue difícil para todos. De aprendizaj­e. Muchos éramos muy jóvenes e inexpertos. Vivir ese mal momento del Mundial nos ayudó a ver lo importante y lo bonito que podría ser cambiar esa situación de que España nunca ganaba nada, que siempre pasaba lo mismo… Fueron momentos malos pero supimos darle la vuelta.

—Eurocopa 2008. Todo rodado. Semifinale­s contra Rusia. Se le ocurre lanzar un golpe franco y se lesiona. Se pierde la final.

—No me arrepiento de haberlo tirado. Nunca me arrepentí de nada de lo que hice. No jugar la final no es una espinita clavada. Era un privilegia­do estar en el banquillo y encima había sido protagonis­ta hasta entonces. Lo disfruté muchísimo. El disgusto me duró un par de horas, rápido fui consciente de lo que suponía estar allí, pese a que estuviese lesionado.

—En 2010, todos sus goles sirven para ganar partidos.

—-Por eso son a los que más importanci­a doy. Los que más recuerdo son los que valen una victoria.

—Sin esos goles no tendríamos estrella.

—Los podía haber hecho otro. Yo tenía la confianza de los entrenador­es y era el finalizado­r. Todo el equipo trabajaba para que yo finalizara.

—¿Y cuantas veces le ha dicho a Andrés, condenado marcaste el gol con el que había soñado toda la vida?

—En ese Mundial estábamos iluminados. Se dio todo. Si haces una encuesta antes del partido y nos preguntas quién queríamos que hiciera el gol, creo que todos hubiésemos dicho que Iniesta. Por lo que representa dentro y fuera del campo. Me hubiera gustado marcarlo a mí, a Cesc o a Torres, pero fue perfecto que lo marcara él. Era como decir esta generación ha ganado por lo que ha hecho, pero también por cómo lo ha hecho y en este sentido Andrés era uno de los mejores embajadore­s del estilo de juego. —Después llega la lesión del Mundialito y la Eurocopa 2012 que se pierde.

—Ahí sufro mucho. Lo primero que me viene a la cabeza cuando empiezo a ser consciente de la gravedad de la lesión es la Eurocopa. ¿Voy a poder llegar? Nunca había tenido una lesión grave. Y cuando me empiezan a hablar de meses, comienzo a echar mis cuentas. Los doctores me miraban raro. Como diciendo, vamos a intentarlo pero es complicado. Hice todo lo que tenía que hacer para llegar. Me operé un 19 de diciembre, salí de la clínica el 24 por la tarde para pasar la noche con mi familia. El 25 fui a la clínica y el 31 y el 1…No pude hacer más. No llegué. Un gran aprendizaj­e. Tuve suerte. Hubiera estado mucho más dolido si la Selección no hubiera ganado. Hubiera pensado, he fallado, pero al ganar me dio mucha alegría. —Tuvo que echarle muchos bemoles para llamar a Del Bosque y decirle que no llegaba a tiempo. —Ese día fue uno de los más complicado­s de mi carrera. Hablábamos casi todas las semanas con Vicente, con Miñano, el doctor Cota venía a verme. Todos expectante­s. Vicente un día me dijo que aunque estuviese en una situación media, de no ser titular indiscutib­le, él quería contar conmigo porque me lo había ganado y era importante que estuviese en el equipo. Quedaba un mes. Hablé con todo el mundo y dije que lo mejor era no ir. No estaba en condicione­s y no iba a ayudar. Tenía que pensar también en mi club que me quería tener a tope para la siguiente pretempora­da. Por eso dije no. "Nuestro padre y el inicio de todo". "La continuida­d". "Mi gran

compañero".

"Mi hermano, mi confesor, mi ayuda, mi psicólogo. Todo".

"La final del

El gol “Produce adicción. Hay que saber llevarlo... sobre todo si no llega”

Luis Aragonés.

Vicente del Bosque.

Fernando Torres.

Pepe Reina.

Un partido.

Mundial".

"El de Chile del Mundial".

Fui sincero. Él quería llevarme. —Mundial 2014. Llega Diego Costa y es titular. Usted no juega hasta el último partido contra Australia, ya eliminados.

—Ese Mundial fue difícil para mí y para todos. No fue como esperábamo­s. La línea entre ganar y no ganar es muy complicada pero caer en la primera fase no entraba en los cálculos. Teníamos equipo para llegar más adelante. Me tocó vivir un rol diferente. Ya no era tan importante. Vicente apostaba por otros jugadores. Fue duro no jugar los dos primeros partidos. Intenté vivirlo de la mejor manera posible.

—Del Bosque lo cambia y usted dice: “No hombre, no”. —Ya había anunciado que me iba a New York. Yo no dejaba la Selección. Ahora ya retirado no la dejo tampoco. No sale de mí decir que no a la Selección, aunque respeto la decisión de otros jugadores. Era consciente de que era complicado que volvieran a llamarme. Pensaba que podría ser el último. Cuando el cambio me quedé un poco sorprendid­o. No había jugado en todo el Mundial, había hecho el gol, íbamos ganando. No me lo esperaba. La frase es como decir: "No me saques hombre". Más que cabreo fue una desilusión. —Quién le iba a decir que tres años y dos meses después, Lopetegui le iba a repescar e iba a volver a vestirse La Roja. —Estaba a buen nivel, pero la gente no me veía. Esperaba que la gente criticara más a Julen y fue todo lo contrario. Me llevé una alegría enorme. La gente me recibió con mucho cariño. Fue una pena que me lesionara contra Italia y me perdiera el partido de Liechtenst­ein, pero la historia acabó bien. Fue una experienci­a fantástica.

—Se queda a dos partidos del centenario.

—No lo veo como una espina. De niño soñaba con ponerme la camiseta algún día. Y me la puse 98. El 100 es un número, algo fetiche, pero 98 son una barbaridad y más con los goles que he metido.

Un gol.

La Roja “El fútbol era para mí ver a la Selección. Al debutar cumplí el sueño de los sueños”

 ??  ?? El máximo goleador de la historia de la Selección posa ante la fachada del Hotel AC La Finca. Su carrera es un buen espejo en el que mirarse.
El máximo goleador de la historia de la Selección posa ante la fachada del Hotel AC La Finca. Su carrera es un buen espejo en el que mirarse.

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