“He recorrido medio mundo y he visto sólo a otras dos ojeadoras”
❖ Si millones de personas desconectan del trabajo a través del fútbol, ¿cómo desactiva su mente alguien que se dedica profesionalmente a ello? Sencillamente, no desconecta. “El fútbol es infinito, no se acaba nunca”, argumenta no con pesar, sino con ilusión por emplearse en lo que le apasiona, Andrea C. Orts.
Su jornada diaria en la Ciudad Deportiva Dani Jarque suele empezar alrededor de las diez y concluir sobre las siete. Acostumbra a ver dos partidos, con sus respectivos informes. Pero no sólo mira fútbol sudamericano. Entre los cinco integrantes de la secretaría técnica también se reparten encuentros destacados de las Ligas europeas. “Y después, en casa, sigo viendo partidos por mi cuenta”, confiesa.
Tampoco se detiene los fines de semana. En un mes normal de competición, uno lo dedica Andrea a viajar por España, otro por Europa, un tercero en casa para ver al fútbol base del Espanyol (concretamente, filial y los dos juveniles) y el cuarto descansa. ¿Seguro? “Bueno, ese fin de semana al mes que libro me lo organizo para que coincida con un partido del Espanyol fuera, y así lo voy a ver”, admite.
Y, aunque ver tanto fútbol lejos de saturarla le motiva, reconoce Andrea que en una ocasión, durante la Copa Ipiringa (de equipos Sub-20, en Porto Alegre, Brasil), “llevaba cuatro partidos al día durante toda una semana y el último día ya veía a todos los jugadores iguales”. Más allá de la anécdota aislada, tiene claro que “es impresionante conocer culturas a través del fútbol”. Un genuino modo de vida.