Hacia un segundo semestre sin aliento
EI calendario se ha convertido en el gran rompecabezas para las ligas y la UEFA para terminar la presente temporada. Se están preparando diferentes escenarios, desde el más optimista (volver a finales de abril) hasta el más pesimista (terminar en julio). Este último provocaría un efecto domino para la siguiente temporada, obligando a los clubes y a la UEFA a apretarse el cinturón y cambiar sus planes, sobre todo los de verano.
En los próximos seis meses nos encontraremos con un overbooking de competiciones. Empezando por julio, ya que es probable que la presente temporada acabe en la primera quincena de dicho mes (ya se está estudiando cómo alargar los contratos que finalizan el 30 de junio), lo que conllevaría a retrasar el resto de fechas. Lo primero en saltar por los aires serán las pretemporadas. Los jugadores suelen irse de vacaciones en junio. Para este año, todo apunta a que las pretemporadas no se iniciarán hasta los primeros días de agosto. Ya que los jugadores por convenio tienen un mínimo de 21 días consecutivos de vacaciones.
Empezar en agosto dejaría apenas dos semanas de pretemporada para los equipos si LaLiga mantiene su inicio en torno al 15 y 16 de agosto, como suele ser habitual. Incluso podría retrasarse una semana o dos, pero colapsaría aún más el calendario (no habría ningún miércoles libre para recuperar partidos aplazadas hasta marzo o abril de 2021) si se quiere mantener el formato actual. Lo que aumentaría el riesgo de lesiones en los jugadores, salvo que se amplíe el límite de futbolistas por plantilla. Esto presentaría un nuevo problema: a más jugadores, más gastos en salarios. Trastocaría las cuentas de los equipos, ya afectadas por este parón.
Una pretemporada tan corta también hará imposible realizar stages por EE UU, China y otros países como viene siendo habitual. Giras que aportaban grandes ingresos a los clubes, principalmente para los que participaban en la
Jugadores Como mínimo tienen derecho a 21 días de vacaciones