AS (Galicia)

Entradas desde 5 a 22 pesetas

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que no se contemple el partido contra Portugal de dos años antes que primero se consideró de la ‘A’ y 50 años después pasó a ser ‘B’. Sea como fuere, nada que ver con los 166 del enemigo.

Estrenaba etapa la Selección. Tras la goleada recibida ante Italia (7-1) en los Juegos de Ámsterdam de 1928, el cambio de técnico era casi obligado. El periodista José María Mateos, que ya había formado parte del Comité técnico con anteriorid­ad, tomó el mando y afrontó el gran desafío contra Inglaterra después de haber ganado los dos encuentros disputados en lo que iba de año. Sendas goleadas: 5-0 a Portugal y 8-1 a Francia.

Se decidió que el partido se jugara en el Stadium, que tenía seis años de vida y se estrenaba como anfitrión del equipo nacional. El selecciona­dor, sorprenden­temente, decidió no convocar a ningún jugador del Barcelona que un mes después se proclamarí­a campeón de la primera Liga. Por el contrario, hasta cinco futbolista­s del Real Madrid formaron parte de la convocator­ia. Los cinco titulares: Quesada, Prats, Peña, Lazcano y Gaspar Rubio.

El capitán, Ricardo Zamora, que cumplió su 29 partido internacio­nal; el defensa Quincoces (Alavés); el volante Marculeta (Real Sociedad), los interiores Goiburu (Osasuna) y Padrón (Español) y el extremo Yurrita (Real Sociedad) completaro­n el once. En el banquillo, solo el portero suplente, Guillermo Eizaguirre. Se decidió que a pesar de tratarse de un amistoso no se realizaría­n sustitucio­nes.

A las cinco de la tarde comenzó el encuentro. Mucho calor. Lleno. Las cifras oficiales calculan 45.000 aficionado­s. Otros llegan a los 50.000. En

■ Día grande. En el palco de honor los infantes don Juan, don Gonzalo y don Jaime de Borbón junto a las autoridade­s locales y el embajador inglés. La Selección lució brazalete negro por el fallecimie­nto de José María Acha, vicepresid­ente del Arenas de Guecho. Uno de los directivos que más había trabajado para que la Liga se pusiera en marcha y que cualquier caso muchos más de la capacidad del aforo oficial. En el equipo español, junto al selecciona­dor, José María Mateos, como entrenador estaba Fred Pentland, que esa primera temporada de la Liga había dirigido al Athletic de Madrid y al año siguiente sería campeón con el Athletic. Un inglés de Wolverhamp­ton contra sus compatriot­as.

Edades. La media de edad de los británicos era de 28,9 por 24,5 de los españoles. Solo un cambio en el once local en se desplazaba a Madrid para presenciar el encuentro. Fue el primer partido que se retransmit­ió por radio en nuestro país. Por Unión Radio de relación a la goleada contra Francia, Prats por Bienzobas. Salieron los rivales a calentar diez minutos antes de comenzar el partido y cuando éste dio comienzo su ofensiva fue total. Parecían más altos, más fuertes y más rápidos. Posiblemen­te lo eran.

Los dos equipos plantados en el clásico 1-2-3-5 de la época. A los 20 minutos, Inglaterra ya ganaba 0-2. Dos pases del extremo derecho, Addock, son rematados a la red por Carter y Bradford. En el primero, el infalible Zamora chocó con Peña y propició el remate. Carter remata al larguero el que pudo ser el tercero. Se masca la tragedia. La superiorid­ad inglesa era absoluta, tanta que bajaron el pistón y la Selección se metió en la batalla con los tantos del genial Gaspar Rubio y

Madrid con la voz de Carlos Fuente Peñalva.

Las entradas oscilaban entre las cinco pesetas de la general de fondo y las 22 de las delanteras de pista y de tribuna. Prácticame­nte había localidade­s a todos los precios: 5,6,7,9,10, 12, 14, 15, 16, 18, 20 y 22 y en la reventa, que la hubo, se vendían una o dos pesetas por encima de su precio.

Lazcano que se entendían con la mirada.

El descanso viene mejor al rival. Recupera fuerzas y se vuelve a hacer dueño del balón y de la situación. Carter, de penalti, hace el tercero y España vuelve a reaccionar con orgullo. Gaspar Rubio y Goiburu, en tres minutos, dan la vuelta al marcador y propician la doble invasión del terreno de juego para levantar en hombros a los autores de los goles.

La hazaña era una realidad. Inglaterra, invicta contra las seleccione­s continenta­les, hincaba la rodilla en el Stadium. La derrota escoció a los ingleses y siete de sus jugadores no volvieron a jugar con la Selección. Su Federación rápidament­e cursó una invitación a la española para disputar un partido en terreno inglés. Buscaban venganza y la tuvieron.

Revancha. Dos años después, el 9-12-31, ambos equipos se volvieron a enfrentar en Highbury y la Selección sufrió la que todavía es la peor derrota de su historia (7-1). El mismo resultado cosechado contra Italia en los Juegos Olímpicos de 1928.

Con José María Mateos todavía en el banquillo, solo repitieron en el once Ricardo Zamora y Quincoces, ya jugador del Real Madrid. Cuatro debutantes. Mientras que en Inglaterra todavía estaban los dos defensas de Madrid y si jugó su gran estrella Dixie Dean, que marcó un gol, el 5-0. El tanto español, el 7-1, fue obra de Gorostiza.

Radio Primer partido transmitid­o en directo en nuestro país

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Una entrada del partido.

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