El derbi del Ruhr más silencioso de siempre
El Borussia Dortmund golea 4-0 al Schalke en el regreso de la Bundesliga con una gran actuación de Haaland, que volvió a marcar
Volvió el fútbol, pero no el fútbol que conocemos. Volvió un fútbol gris, estéril y de cemento. Así fue como Alemania y el mundo entero vivieron el regreso de la Bundesliga a los terrenos de juego. No hubo ni cánticos en las gradas ni gritos de gol, sólo voces aisladas. La de los jugadores al pasarse el cuero, la de los entrenadores mandando desde la zona técnica, siempre manteniendo la distancia de seguridad con los enmascarillados en el banquillo. Si hubo un sonido que resultó familiar, ése fue el del balón. El bendito ‘tok’ en cada pase, algo más sonoro en los disparos y tan bello y, a la vez, elegante cuando choca contra la red. Música celestial para nuestros oídos.
Y para los aficionados del Dortmund, que vieron cómo los suyos celebraron una victoria por 4-0 en una fecha tan marcada en la cuenca del Ruhr como la de ayer. Era el día de la visita de los vecinos de Gelsenkirchen, del Schalke. Rivalidad pura. El Signal Iduna Park parecía un gigantesco párking con 82.000 plazas libres. Se confió el Schalke ante la supuesta neutralidad del escenario y se olvidó de que su peor pesadilla estaba sobre el terreno de juego.
Necesitó sólo dos oportunidades Haaland para espantar los fantasmas del coliseo borusser. La primera se le fue larga, la segunda entró. Fue a la media de hora de partido, después de un inicio dominador por parte del Borussia.
El revés le sentó como un jarro de agua fría al Schalke, que se fue diluyendo poco a poco. Se gustaba el Borussia a pesar de la suplencia de Sancho, que sólo jugó los diez minutos finales por problemas en el gemelo. Guerreiro hizo el segundo y el cuarto y Thorgan Hazard, el hermano de Eden, el tercero. Tras cada gol, los autores se chocaban el codo con sus compañeros para celebrarlo. Habrá que acostumbrarse.
Dani Olmo El español no tuvo ni un minuto en el partido del Leipzig ante el Friburgo
Patinazo. El otro gran aspirante para desafiar al Bayern en la lucha por el título, el Leipzig, pinchó en su regreso. El conjunto de la Red Bull empató en casa con el Friburgo (1-1) y lo hizo sin Dani Olmo, al que Julian Nagelsmann apenas da oportunidades desde que lo fichara el pasado enero.