El efecto 2000: los pericos se refuerzan con ocho canteranos
Su media de edad es de 20 años
Aunque tiene prácticamente todos los dorsales profesionales ocupados (y queda uno libre por si Sébastien Corchia se recupera finalmente de su grave lesión de rodilla), sabe el Espanyol que la misión de la permanencia será larga, y más en un contexto extraordinario en que pueden reproducirse las lesiones. Es por ello que hasta ocho jugadores con ficha del filial, incluso del Juvenil A, refuerzan al conjunto de Abelardo Fernández en este regreso a los entrenamientos.
Es el efecto 2000 del Espanyol, ya que entre todos promedian una edad de 20,3 años. Es decir, nacidos justo con el cambio de siglo y milenio. Tres de ellos ya eran habituales en la dinámica del primer equipo antes del obligado parón por la pandemia de coronavirus. Se trata del lateral derecho Víctor Gómez (20 años), el mediocentro
Pol Lozano (20) y el delantero Víctor Campuzano (22), todos con cierta presencia esta temporada, entre LaLiga y especialmente la Europa League.
Otros cinco canteranos se han estrenado estos días en exclusiva con el primer equipo, si bien dos habían llegado a debutar testimonialmente en la competición continental. Es el caso de Nico Melamed (19 años), mediocentro al que vigilan desde Chelsea, Barcelona y Bayern a la selección argentina, y de Moha Ezzarfani (22), extremo que procedía del Barcelona y este curso llevaba 13 goles con el Espanyol B.
Así que los inéditos son el también extremo Ferran Jutglà (21), que fue y volvió del Valencia, el central Roman Tugarinov (20), fichado del Barça el pasado verano, y Dani Villahermosa (19), mediocentro, que ni siquiera ha llegado a debutar en el filial y que fue capitán en la quinta del hoy ‘citizen’ Adrià Bernabé.
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