AS (Galicia)

Otro año en blanco

Problemas de salud y el parón impiden a Mireia Belmonte subir al podio desde 2017, pero es ambiciosa

- A. MARTÍNEZ /

La sonrisa de Mireia Belmonte lució por última vez en un podio internacio­nal el 30 de julio de 2017 en Budapest. Fue la última tarde del Mundial, con el himno húngaro retumbando en el Duna Arena en honor a Katinka Hosszu, campeona del 400 estilos. A su lado, la española, brillante plata, mismo metal que consiguió en los 1.500 libre días antes de proclamars­e oro en los 200 mariposa, la medalla que le faltaba para completar su colección. Desde aquella imagen, y ya con los Juegos de Tokio reprograma­dos para 2021, la badalonesa no ha podido volver a morder metal.

“Llevo diez años con Mireia. Tenemos 14 meses de preparació­n hasta Tokio. Nos gusta la idea de tener más tiempo. Debemos reinventar­nos. Mireia no irá a los Juegos para pasearse, irá a por algo grande”, advirtió su ténico, Fred Vergnoux, recienteme­nte en un encuentro con los medios.

En 2018, Mireia preparó el Europeo de Glasgow que se debía celebrar en agosto. No obstante, unos problemas de salud y personales empezaron a cruzarse en su camino. Apareciero­n después del Open, en abril, y se prolongaro­n hasta bien entrado 2019. Mireia se resintió en los Juegos Mediterrán­eos, renunció al Europeo y apenas compitió hasta el Open de Sabadell, donde sus marcas no fueron las mejores aunque le valieron para obtener las mínimas. Ella misma reconoció que llegaría al Mundial de Gwangju con dudas, sin saber exactament­e de qué sería capaz: logró nadar dos finales, pero no colgarse medallas.

¿Cómo llegará la badalonesa a Tokio 2021? “Es la pregunta del millón. Me gustaría decirles que nos irá bien, pero nunca se sabe. Intentarem­os estar preparados.

Mireia salía de un verano difícil, con dos finales en el Mundial. No era lo que ella quería. Tener más tiempo es una suerte”, reflexiona el francés aunque el reloj corra en su contra. La nadadora de la UCAM cumplirá en octubre 30 años.

Velocidad. Desde que fuera doble campeona mundial júnior en 2006, Mireia ha ido a toda velocidad hasta 2017 (salvo la lesión en el hombro que le mantuvo inactiva en 2015) y ahora deberá afinar para los Juegos de Tokio 2021, lo que puede ser el epílogo olímpico de la mejor nadadora española de siempre. Las mejores marcas de su extenso programa las obtuvo hace ya tiempo: 200 mariposa (2013), 200 estilos (2013), 400 estilos (2013), 400 libre (2014), 800 libre (2016) y 1.500 libre (2017). Pese a ello y a la extensión de su programa, Mireia comentó esta semana en RTVE que no merma su ambición ni su plan: “El objetivo es ir a Tokio y estar en lo más alto. El futuro está cogido con pinzas, hay que ver la planificac­ión, las competicio­nes y las concentrac­iones, porque el calendario se desconoce. Haré todas las pruebas posibles, que es lo que me identifica. Siempre he sido de nadar lo máximo porque mi plan de entrenamie­nto me lo permite”.

Si la badalonesa recupera el nivel de 2017, sus marcas están totalmente vigentes para pelear por un podio histórico en los 200 mariposa, que le situaría con cinco medallas olímpicas como la deportista con más podios empatada con David Cal (cinco). Saúl Cravitto, que lleva cuatro, también aspira a ello. Curiosamen­te a ambos les une el deseo y la posibilida­d de ser abanderado­s en la nueva modalidad mixta a la que ha dado luz verde el COI. “Me encantaría estar en la ceremonia y llevar la bandera. En Tokio las finales de natación serán por la mañana y eso ayuda”, reiteró Mireia, que deberá pasar otro año en blanco.

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