San Pablo Burgos y el sueño de una noche de verano
El club logró el ascenso en 2017
Pase lo que pase, en los libros de historia quedará que un modesto equipo, el San Pablo Burgos de Joan Peñarroya, llegó a semifinales en su tercera temporada en la Liga Endesa y en esta Fase Final Excepcional. Hoy, David retará a un Goliat que ha disputado 27 semifinales y suma 15 títulos de Liga ACB.
En los seis enfrentamientos ligueros entre ambas escuadras siempre ha ganado el Barça. Aunque en el Coliseum burgalés, que tiene la mayor media de asistencia de público con 9.400 espectadores por encuentro, los azulgranas han sufrido para imponerse: 101-103 (201718), 80-85 (2018-19) y 80-82 esta temporada.
Esta campaña el San Pablo Burgos (Club Baloncesto Miraflores, profesional desde 2015) quiso dar un paso adelante con el catalán Peñarroya, que llegó al banquillo para relevar a Diego Epifanio, que había dirigido al equipo los cuatro años anteriores. Una plantilla con jugadores expertos y con una buena línea exterior en la que brillan Bruno Fitipaldo, Ferrán Bassas y el estadounidense Thad McFadden. Un equipo compensado además en el resto de puestos con el carisma de Vitor Benite y los interiores Augusto Lima, Jasiel Rivero, Pablo Aguilar y Dragan Apic, cedido por el Lokomotiv Kuban y uno de los héroes ante el Andorra.
El Burgos quiere seguir con su sueño de verano en la burbuja de Valencia, uno del que da fe mejor que nadie el capitán Javi Vega, el gran superviviente del proyecto que arrancó en LEB Oro en 2015. Y que es el mejor testigo de que este club está abonado a los imposibles. El último, llegar a semifinales con las bajas de Earl Clark, que se fue cuando se paró la Liga por la pandemia, y Goran Huskic, lesionado desde noviembre.
CIásico del baloncesto español en la segunda semifinal de la fase final de la Liga Endesa. Dos equipos de Euroliga se miden para agarrar una plaza en la final. El Valencia ha demostrado durante la primera fase que es un conjunto sólido que se ha sobrepuesto a los obstáculos que le ha ido proponiendo la competición en un grupo mega igualado. Kirolbet Baskonia, por su parte, ha dejado claro sobre el parqué que ya tiene más que interiorizada la filosofía de Ivanovic y que llegó a Valencia para pelear el título.
Dos partidos, eso es lo que les separa de volver a campeonar, como ya hicieran los vitorianos en 2002, 2008 y 2010; y los valencianos en 2017. Será de otra forma, a partido único y sede neutral pero el que la gane tendrá una nueva Liga en su palmarés. “Si gano, yo lo celebraré como una Liga”. Lo dice San Emeterio, santo y seña de ambos clubes y el único en la última década con dos títulos en su palmarés sin haber jugado en Real Madrid o Barcelona.
En la pista, la batalla se augura dura. Baloncesto agresivo, físico y explosivo. Y una zona de la cancha en la que puede estar media final: la pintura. Allí, el auténtico dominador de está fase final (Tavares aparte, ya eliminado) es Mike Tobey. Los números ya asustan (15,4 puntos y 10,8 rebotes para 22,2 de valoración), las sensaciones todavía más. El center norteamericano ha vuelto del confinamiento en plan cacique de la zona.
Enfrente estará Shengelia, la estrella baskonista y formado en las categorías inferiores taronjas que en esta fase anda algo irregular aunque llegará muy fresco tras descansar en la última jornada, con su equipo ya clasificado.
Expertos Séptima semifinal taronja en 9 años; quinta del Baskonia
Incógnita. Ponsarnau, por su parte, esperará hasta última hora a Abalde, el cuarto jugador mejor valorado (17,8) de la primera fase y que sufre una lesión muscular en la zona abdominal. Cuando se pone la cosa fea sus compañeros le buscan en un Valencia que juega su séptima semifinal en 9 años. El Baskonia, la quinta.