El Madrid se fija en Özil y Müller para continuar su proyecto
■ El excepcional papel que desempeñó la selección alemana en Sudáfrica no pasó inadvertido en la planta noble del Bernabéu. Florentino Pérez, que siempre fue del gusto de jugadores con mucho impacto mediático, se fijó sobre todo en la explosión de Özil y en la llamativa irrupción de Müller. El primero, en el Werder Bremen, era más fácil de sacar que el segundo, quien explotó definitivamente en el Mundial y el Bayern pronto le señaló como su próximo hombre franquicia. Tras una primera temporada decepcionante de Kaka, quien tenía muchas esperanzas puestas en este mes en el que tampoco le salieron las cosas, Özil se convirtió en el hombre de moda de Europa.
A Mourinho, por su parte, el que le llamaba la atención era Schweinsteiger. La dificultad era la misma que la citada con Müller y, ese mismo mes de julio, se acabó cerrando a Khedira, un perfil distinto para la misma posición. No era la primera opción del técnico de Setúbal, pero pronto se convertiría en una pieza fundamental de su equipo. Como hizo con Ronaldo en 2002 y haría en 2014 con James, Kroos y Keylor, Florentino Pérez volvía a pescar en el torneo más grande del fútbol.
Poco tenía que ver la Alemania que se encontró España en las semifinales del Mundial con aquella a la que había derrotado en la final de la última Eurocopa. Joachim Löw supo introducir con éxito a varias de las grandes promesas que habían aparecido en el país en los últimos años y que desbancaron a España de lo más alto en categorías inferiores. De hecho, sólo nueve de los 23 convocados para Sudáfrica repitieron con respecto a Austria y Suiza. En el caso de España, esta cifra se situaba en 15.
La revolución se tradujo, fundamentalmente, en cinco caras nuevas y jóvenes que se hicieron un hueco en el once germano dotándolo de una mayor frescura y calidad. Se trataba de Neuer, Boateng, Khedira, Özil y Müller.