El Leganés pagará prima doble en caso de lograr la salvación
La cuantía económica global rondaría los cuatro millones de euros
El Leganés perseguirá hoy una salvación que supondría un aguijonazo de cerca de cuatro millones de euros a sus cuentas. Bendito problema. El club pactó con sus jugadores durante los días más oscuros del confinamiento que, de mantenerse, percibirían el doble de la prima que acordaron a principios de año por quedar 17º. Para cobrar el incentivo era imprescindible que el torneo se reanudase, que la competición llegara a su fin y que el equipo evitase el descenso deportivamente, esto es, no por decisión administrativa. En este último supuesto, el de una permanencia por cancelación de la temporada o similar, el grupo no habría cobrado ni un euro de premio.
El caso es que el torneo terminará, así que las dos primeras premisas se cumplirán. La tercera, la de regatear el infierno, es la más compleja de la ecuación. Si Javier Aguirre y sus muchachos lograran la gesta, la media del bonus por futbolista rondaría los 120.000-140.000 euros frente a los 55.000 que percibieron la temporada pasada. La primera plantilla pepinera cuenta con 23 integrantes de pleno derecho. Todos cobrarían la misma cantidad salvo un pequeño grupo de escogidos en cuyos contratos sí figuran bonus específicos por objetivos colectivos. Para el cuerpo técnico el premio sería menor, pero también el doble de lo pactado. Los siete chicos del filial que se han unido al plantel para afrontar la rentrée también tendrían su parte alícuota de prima.
Además, con el final de la temporada, y sea cual sea el desenlace, la plantilla percibirá el 100% de sus salarios. En Butarque la pandemia no dejará recortes salariales precisamente porque la competición llegará hasta su fin. De no haberse completado, todos sus protagonistas, jugadores y entrenadores, habrían cobrado el 86% de sus fichas, el porcentaje abonado por el club hasta la fecha. Se espera que en los próximos días, con la conclusión de la temporada, la entidad abone el 14% restante.
La ausencia de tijeretazos fue un factor considerado decisivo para evitar problemas con los 13 jugadores (la mayoría, 12, cedidos) que terminan contrato mañana. Si querían cobrar su sueldo íntegro, tenían que comprometerse a jugar hasta final del curso.