Bruno y Cazorla estrenan el paseo de las leyendas

El club inaugura con la imagen de ambos la galería de estrellas que recorrerá la tribuna de La Cerámica

El Villarreal inauguró ayer su galería de estrellas amarillas, un paseo porticado que recorre toda la fachada de la tribuna del estadio de La Cerámica, en el que Bruno y Cazorla ya forman parte del mismo. Fernando Roig, presidente del Villarreal, aseguró que era “imposible encontrar a dos jugadores que merezcan estar más que ellos en este paseo y que encarnen lo que es ser un referente del club y del equipo”.

Por ello, ambos tienen su fotografía hecha en cerámica a ambos lados de la puerta de los vestuarios, dando inicio a lo que debe ser una galería de estrellas y referentes en amarillo.

“Ahora es realidad lo que era un proyecto”, añadió Roig, quien estuvo acompañado por Bruno Soriano y el alcalde de la ciudad, José Benlloch. La directiva amarilla al completo no se lo perdió. Tampoco los familiares de Bruno ni el tenista Roberto Bautista, así como algunos seguidores y peñistas. Roig desveló que a partir de ahora deberán “incorporar a otros jugadores que han sido leyendas y que también forman parte de la historia del club”. Bruno Soriano aseguró: “Es un gran honor poder estar en este paseo. Será muy especial poder venir al fútbol y ver mi foto junto a la de Santi”.

En otro orden, Roig presentará a Unai Emery el próximo lunes. El vasco se hará cargo del banquillo amarillo las próximas tres temporadas. El presidente dio alguna pincelada sobre Emery. “No es el proyecto de Emery, es el proyecto del Villarreal con Emery. Y esperamos que con este proyecto del Villarreal podamos alcanzar grandes cosas juntos. Si se dejan los demás, podríamos estar en la Champions. Pero habrá seis o siete equipos que, como nosotros, aspirarán al máximo. En LaLiga hay que hacerlo muy bien para estar entre los mejores”, sentenció el presidente amarillo.

Un día después de consumarse el desastre te ves haciendo un excel de altas y bajas...

Hasta el descenso del Espanyol nunca acabé de tomarme en serio eso de que Cuando Harry encontró a Sally en realidad contuviese mensajes futbolísticos de primer orden. Y eso que yo he seguido siempre a pies juntillas la doctrina Billy Crystal en aquel clásico de Rob Reiner: su Harry Burns nunca llevaba a su pareja al aeropuerto al principio de una relación sentimental (desde Manhattan hay una tiradita a cualquier aeródromo de NY), y por eso yo, en mi juventud de resúmenes precarios y escasez de fútbol televisado, no me perdía Estudio Estadio bajo ningún concepto. Me explico: escapaba pronto en las citas de los domingos, y más cuando quise que aquella chica prodigiosa fuese para toda la vida. Si sobreactúas la primera vez para impresionar, ya no hay vuelta atrás: el día que no repitas serás una decepción.

Pero había más: está todo ese empeño de Harry Burns por convencer a Sally de que un hombre no puede ser amigo de una mujer que le parezca atractiva. ¿Y si no le parece atractiva? Tampoco, insiste Harry, que se lleva su merecido en el orgasmo fingido de Meg Ryan. ¿Puede un buen hincha ser sólo amigo de su equipo?

Lo que queda de verano se presentaba perfecto para tomar distancia, pero, de repente, con el cabreo y la desilusión, un día después de consumarse el desastre te ves haciendo un excel de altas y bajas (sobre todo bajas), criticando la tardanza en llegar del futuro entrenador, metiendo baza de oídas en conversaciones sobre la idoneidad de una Segunda de 24 o haciendo cábalas sobre los ascensos de Segunda B: el Cornellà quizá pagaría el alquiler del RCDE Stadium, pero el Barça B sería un rival menos para el ascenso, a pesar de la humillación de jugar contra el filial del eterno rival. Soy carroza ya —y la prueba definitiva es utilizar aún la palabra carroza— y ese miedo ya lo superé con una victoria 1-2 en el Mini Estadi en 1993. Con sobredosis de Estudio Estadio y goles de Iotov en la mochila no se puede ser sólo amigos. Y es imposible fingir la pasión. Las penas de fútbol sólo se curan con más fútbol.