Novamos “a parar”
Los mensajes por la justicia social y contra el racismo sistémico en EE UU marcan el reinicio de la temporada NBA en la burbuja de Disney World
Las protestas siguen en Estados Unidos, más de dos meses después de la muerte de George Floyd, asfixiado por la rodilla de un policía de Minneapolis. Y la NBA está cumpliendo con uno de los objetivos que acordó con los jugadores de cara al reinicio de la temporada en la burbuja de Walt Disney World, en Orlando: dar voz a quienes creen que es hora de acabar con el racismo sistémico en EE UU. La primera noche de fase regular fue una demostración que la directora ejecutiva del sindicato de jugadores (NBPA), Michele Roberts, celebró con lágrimas en los ojos: “Ha sido muy poderoso, estoy orgullosa”.
Roberts hablaba desde el HP Field House, en el complejo Wide World of Sports de ESPN, de la interpretación del himno estadounidense que abrió el Pelicans-Jazz con (después se repitió la imagen en el Lakers-Clippers) todos los protagonistas (jugadores, entrenadores y árbitros) arrodillados y con los brazos entrelazados. Tras la victoria de los Lakers, LeBron James se acordó de Colin Kaepernick, que se arrodilló por primera vez en un amistoso de la NFL el 1 de setiembre de 2016: “Espero que se haya sentido orgulloso. No vamos a parar ahora, seguiremos enviando un mensaje de amor a toda la gente de América”.
El presidente Donald Trump, que no cuenta con demasiados amigos en la NBA, había asegurado que tenía ganas de volver a ver deporte pero que dejaría al instante cualquier partido en el que los jugadores se arrodillaran durante el himno. JJ Redick, escolta de los Pelicans, le mandó un mensaje muy claro: “No creo que a nadie en la NBA le interese si Trump ve o no ve partidos de baloncesto. No podría importarme menos. Cada mensaje suyo no pretende nada que no sea dividir, provocar y enardecer a su base de seguidores”.
Donovan Mitchell, la estrella de Utah Jazz, enseñó tras su partido un chaleco antibalas que llevaba escritos nombres de afroamericanos asesinados por la policía y el mensaje “respetad la existencia o esperad resistencia” (en inglés un juego de palabras: respect existence or expect resistance). El legendario Bill Rusell, el ganador de 11 anillos que lleva más de medio siglo luchando contra el racismo, celebró una noche llena de imágenes para el recuerdo: “Es un orgullo ser parte de la hermandad de la NBA. Espero que alcancemos por fin el cambio real y duradero”.
Doc Rivers, entrenador de los Clippers, se acordó de George Floyd: “Me dolía la rodilla después de estar dos minutos arrodillado. Es increíble que alguien estuviera más de ocho con la rodilla clavada en el cuello de otra persona”. Los técnicos llevaban en su ropa el mensaje “entrenadores por la justicia racial” y los jugadores calentaron con camisetas negras de Black Lives Matter. La mayoría han sustituido su nombre en la espalda por mensajes sociales, los más elegidos “igualdad”, “Black Lives Matter” y “votad”. La NBA tiene una antigua norma que exige que los jugadores y todos los que estén a pie de cancha escuchen en pie el himno de Estados Unidos. Como era un secreto a voces, el comisionado Adam Silver no va a recurrir a ella durante este reinicio de la temporada 2019-20: “Respeto la unión en la protesta pacífica de nuestros equipos”.
Homenaje LeBron James se acordó de Colin Kaepernick: “Espero que esté orgulloso”
Donald Trump Recado de Redick: “A nadie en la NBA le importa si ve o no nuestros partidos”
Complicidad
La Liga pasa por alto la norma que obliga a escuchar el himno en pie