Prórroga y penaltis
Si el partido acaba en empate al final de los 90 minutos, se jugará una prórroga. Si persiste el empate, el finalista se decidirá por penaltis. En el caso de llegar al tiempo extra, los técnicos disponen de una sexta sustitución.
El sistema es claro, un 1-4-4-2, posicionado en bloque medio o bloque medio-bajo, con las líneas muy juntas y muy estrechas, priorizando de manera clara el hecho de cerrar pasillos interiores y, en caso de robo o pérdida del rival, buscar rápidamente el ataque de forma vertical conectando con los puntas e incorporando con gran protagonismo a los laterales. Las claves para el Madrid deberían estar en aumentar la circulación de balón de forma considerable cuando le toca atacar bloques muy juntos cerca de su portero, para de esta manera poder conectar con los futbolistas ofensivos en los carriles interiores. No va a ser fácil, por eso precisamente el balón debería volar ágil de lado a lado para poder encontrar algún agujero en la basculación.
En el peor de los casos, si no encuentras compañero por dentro, vas a tener superioridad por fuera, en las bandas, ya que en los equipos de Marcelino el extremo casi nunca llega a la altura del lateral, priorizando de nuevo cerrar por dentro y siendo una amenaza, por posición, a la hora de montar un contraataque. El Madrid, si logra darle buena velocidad al balón, va a tener muchas situaciones de profundidad por banda, tocará cargar el área para ser una amenaza real.
Y en lo defensivo, mucho ojo con las pérdidas, en las zonas que las cometes y cómo estás preparado a nivel estructural para defenderlas. Mucho rigor en las vigilancias, donde se ha sufrido con delanteros que juegan bien de espaldas como Calleri o Lucas Boyé, ya que Williams, independientemente de quien le acompañe en el ataque, donde mejor se maneja es a campo abierto. Equilibrar bien el equipo cuando se instala en campo rival será fundamental para evitar que los leones puedan correr.