La liga de los terremotos
El traspaso de Harden refleja el poder de los jugadores ● De los 26 ‘all star’ en 2018, 13 han cambiado de equipo
La NBA cambió el miércoles. James Harden, MVP de 2018 y tres veces máximo anotador de la competición, fue traspasado a Brooklyn Nets, donde jugará con Kevin Durant (MVP en 2014 y cuatro veces máximo anotador) y Kyrie Irving, campeón de la Liga en 2016 con Cleveland Cavaliers. Son, con Durant a la cabeza, tres de los mayores talentos ofensivos de la historia del baloncesto. Desde 2013, el máximo anotador de la NBA es Harden (29,6 puntos de media) seguido de… Durant (27,7). Kyrie va en su carrera a un ritmo de más de 22 tantos por noche.
Si funciona, es un big three atómico, un trío de megaestrellas que convierte a los Nets en favorito de la Conferencia Este y gran rival de Los Angeles Lakers, el actual campeón. Hay peligros, claro, siempre los hay: la plantilla se ha quedado muy corta de efectivos más allá de las estrellas, faltan jugadores que defiendan y hagan el trabajo sucio y tiene un entrenador novato (Steve Nash) que debe acomodar a tres cracks acostumbrados a amasar el balón y asumir un número altísimo de tiros. Pero si pueden convivir, el techo es infinito.
Es el terremoto del año… en una Liga de terremotos. Durant y Harden jugaron juntos en Oklahoma City Thunder, donde fueron finalistas en
2012 con Russell Westbrook. Tres jóvenes estrellas que no hicieron camino juntas en OKC: Harden se fue a Houston y ahora se va Brooklyn con Durant, que pasó por los Warriors, donde ganó dos anillos y se reunió después en los Nets con
Kyrie, que ha pasado por Celtics y Nets tras ser campeón en los Cavaliers con LeBron James, que se marchó a los Lakers y atrajo a L.A. a Anthony Davis. Los angelinos intentaron unir al proyecto a Kawhi Leonard, que de los Spurs se fue a los Raptors y de ahí a los Clippers, que captaron a Paul George de los Thunder, un equipo que decidió traspasar a los Rockets a Russell Westbrook, que después de un año en Texas ha acabado en los Wizards. Mientras, Jimmy Butler llevó a la última final a Miami Heat, su cuarto equipo en cuatro años.
Es tiempo de movimiento vertiginoso de estrellas. Sin contar a los retirados Wade y Nowitzki, de los 25 jugadores (titulares, reservas y sustitutos) que fueron all star en 2019, solo 15 siguen en sus equipos. Han pasado menos de dos años. ¿De 2018? 13 de 26 han cambiado de camiseta, incluidos siete de los diez titulares.
Mercado. Hasta finales de los 80, las reglas de mercado hacían casi imposible el movimiento de estrellas. Hoy, estas marcan el ritmo de la NBA y someten a las franquicias a sus intereses. Es la era del jugador empoderado, con LeBron James y sus cambios de ciudad a la cabeza. Los mejores jugadores de la Liga presionan, mandan, se expresan en público y firman contratos desorbitados pero cortos para poder moverse o usar la amenaza de hacerlo y manejar los hilos de unos equipos en los que los mánager generales cada vez sufren más para construir proyectos de larga duración y los entrenadores se aferran al presente más que nunca. El signo de los tiempos.
Actualidad Las estrellas firman contratos cortos para moverse con facilidad