¡Supercampeones!
Ay Iñaki de mi vida. Fiestón en La Cartuja. Y que reserven confeti para abril, en el mismo sitio, con la Copa. ¡Ay Iñaki de mi vida! ¡Qué golazo! Ya lo había intentado otras veces y lo va a conseguir en el momento más importante de su historia en el Athletic. Este triunfo es de la pizarra de Marcelino, que en 14 días ya ha sumado un título en Bilbao.
Menos mal que estaba negado ante el Barça... Un trocito es de Aduriz, San José, Beñat y, por supuesto, Garitano y su cuerpo técnico. De la cuadrilla.
No es una bilbainada. En cuatro días estos chavales se han cargado a Madrid y Barça. ¿Bilbainada? No, realidad. “Es una barbaridad lo que hemos hecho en tres días, culminamos una carrera que comenzó
Garitano”, lanzaba Alkorta. Formó parte de la expedición rojiblanca. También estuvo Aduriz: “El equipo está con argumentos”. Viajaron los lesionados Nolaskoain, Unai López y un Yuri con el que empezó todo: su gol al Granada abrió el paso a la final de Copa y a la de ayer. Ese era todo el aliento rojiblanco en una Cartuja muda.
Sello Marcelino. El Athletic ha cambiado con el nuevo entrenador. Presiona arriba o se arma atrás cuando toca. Todo a velocidad supersónica y cuesta ser preciso con tanta viveza. Mantuvo al Barça lejos de su área y le remontó dos veces. Marcaron los tres delanteros, aunque el tanto de Raúl se anuló.
De Marcos, superextremo. Pude hablar con él antes de salir hacia Sevilla. Estaba ilusionadísimo. De Marcos vuelve a ser ese mismo jugador de la etapa de Bielsa que aparece como un cohete. Ya marcó en la Supercopa de 2009. Le encanta el torneo. No anotaba desde el gol en el Camp Nou del 29 de septiembre de 2018. Fue un ejemplo de concentración, como los otros 17 que participaron.
Por los pelos. La ‘Barba’ Harden anda estos días dando mucho que hablar, por su fuga inesperada de los Rockets a los Nets en la NBA. Barba en San Mamés es Villalibre, un cazagoles. Su trompeta al final resume lo que es esta gente: una pandilla, amigos, frente a vedetes de otros clubes. Por los pelos, los suyos, el equipo rojiblanco forzó la prórroga.
Muniain estuvo inmenso en el saque de las faltas.
La ciudad silenciosa. Bilbao habría hervido ayer en el transcurso de otra final, la octava en once años. Pero la pandemia ha apagado a la afición más entregada de Europa. Si el Barcelona hubiera tenido que jugar ayer la final de la Champions, habría sacado el mismo once. ‘Supercopita’ decían los culés. No cuela, señores. Aquí todos los títulos cuentan. No habrá Gabarra pero lo merece.
Siete goles. Eso acumula de momento el Athletic de Marcelino en tres partidos, jugando dos veces contra el Barça y una contra el Real Madrid. Y la nieve frenó la conquista del Wanda. Seguro que temblaba Simeone. ¡Supercampeones!