El encierro de Badosa
La cuarentena de la española llegará hasta febrero
Paula Badosa tuvo que reiniciar el jueves su ya de por sí severa cuarentena tras saber que había dado positivo en un control que le hicieron en el hotel Grand Hyatt de Melbourne, donde esperaba sin poder salir de la habitación a que pasaran los 14 días de encierro obligatorio antes del comienzo de la competición. En su vuelo se detectó un positivo por COVID (el del entrenador de Andreescu, Sylvain Brunneau), y a todos los ocupantes del avión se les denegó la posibilidad que sí tienen otros tenistas de salir durante cinco horas por jornada para entrenarse.
Badosa se quejó de que no habían sido avisados de esta norma y lo contó en AS. Le llovieron críticas y tuvo que publicar una breve declaración a modo de disculpa: “Por favor, no me malinterpretéis. La salud siempre es lo primero y me siento agradecida de estar en Australia. Las medidas preventivas y de cuarentena son fundamentales en este momento. Hablé de reglas que cambiaron de la noche a la mañana, pero comprendo la triste situación que estamos viviendo. Lo siento chicos. Manteneos a salvo”.
Badosa, que fue trasladada a un hotel aislado y prácticamente sin servicios, tendrá que alargar su encierro al menos diez días más desde el momento en el que deje de presentar síntomas. Eso siempre que se trate de una cepa ordinaria de coronavirus. Así lo confirmó el jefe del Departamento de Salud del estado de Victoria, Brett Sutton: “Esa es la consecuencia desafortunada para cualquier caso confirmado. Si fuera una de las preocupantes, incluida la cepa del Reino Unido, ese período de aislamiento es de 14 días”. Sea cual sea la suya, el encierro de Badosa se alargará hasta principios de febrero, poco antes del Open de Australia, que arranca el día 8.