El Rayo parte al Espanyol
Joni Montiel y Álvaro remontan en cuatro minutos Los pericos pierden el liderato
Gracias puede dar el Espanyol de que en Cornellà le despidiera el silencio. Porque, con público, la bronca habría sido descomunal. No solo por tratarse de la tercera derrota en cuatro jornadas o por ceder el liderato, sino por dejarse remontar un partido que tenía ganado ante un Rayo Vallecano que esperó su momento, que encontró de nuevo en Isi a una pesadilla perica y que, de alejarse irremediablemente del ascenso directo, se engancha ahora como quien corre tras un vagón que frena en seco.
A diferencia de su odisea de Montilivi, ocho minutos y un remate a puerta le costó al Espanyol adelantarse esta vez.
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Lo logró Puado, de cabeza, a centro de Darder. Repetía Vicente Moreno el equipo de la anterior jornada –salvo Calero por el sancionado David– y pronto le surtía efecto, ante un Rayo con cinco novedades y en el que el regreso de su pichichi Antoñín acabaría siendo testimonial. No como el del máximo realizador perico, De Tomás, quien al borde del descanso sacaba petróleo, en el 2-0, de un error letal de Catena, quien había regalado el esférico a Embarba.
Al Rayo le penalizaba más su osadía en la salida de balón que su perseverancia en ataque. Porque llegar, llegó. Y el premio lo obtuvo en la reanudación, con un golazo de falta de Isi que entró por la escuadra. Se vino arriba el equipo
Al margen de haber reclamado un posible penalti por mano de Isi antes del descanso, la polémica del partido llegó en la acción del 2-2, una falta cometida por Embarba, quien en la acción se rompió los pantalones. Cuando el extremo se estaba colocando en la barrera, González Esteban se percató del detalle y lo envió a la banda a ponerse unos nuevos, como manda el reglamento. El Espanyol no dispuso una nueva barrera y acabó recibiendo el gol. de Iraola, que tuvo el empate en un chut de Trejo salvado por Diego López, pero aplacó los ánimos Nico Melamed, con una espectacular volea desde la frontal que casi se convierte en el gol de la jornada.
La imagen, no obstante, sería otra. La del colegiado, González Esteban, enviando a Embarba a la banda para que se cambiara los pantalones, maltrechos, lo que dejaba la zaga perica descolocada en una falta que desembocó, con un trallazo de Montiel, en el empate del Rayo. Totalmente noqueado, más desvencijado que los pantalones de Embarba, permitió el conjunto blanquiazul una nueva internada que Álvaro García convirtió en el 2-3. Una remontada en cuatro minutos para el Rayo.
POLÉMICA SALIDA DE EMBARBA