Koeman, ante el dilema de rotar pensando en la Copa
El calendario y la carga física afectan al técnico
Con el Barça cargado de minutos y la semifinal de Copa y el PSG a la vista, Koeman puede utilizar LaLiga para dar descanso a los jugadores más cargados de minutos.
Llegados a este punto de la temporada en el Barça, Ronald Koeman tiene un dilema. Con LaLiga tan lejos como diez puntos (y un partido menos que el Atlético), los azulgrana tienen la final de Copa a dos partidos y una eliminatoria de Champions durísima ante el París Saint Germain, caliente además como viene por el caso Messi, a la vista. El holandés debe decidir si priorizar las dos competiciones del KO y utilizar el torneo de la regularidad para ir dando descansos. Sin despreciarla, y con el objetivo de ir asegurando una de las plazas Champions, pero con la frialdad de saber que el camino de los títulos puede estar en otra dirección..
Heliópolis será el primer estadio en el que se comprobará qué estrategia ha tomado Ronald Koeman. Hay jugadores cargadísimos de minutos. De Jong suma 2.544. Y le siguen Alba (2.238), Messi (2.229) y Griezmann (2.214). Curiosos son los casos de Pedri y Araújo. El canario ya suma 1.951 minutos y sólo no ha participado en un partido oficial esta temporada (Ferencvaros). Araújo lleva 1.623, pero el uruguayo ha jugado nueve de los últimos diez partidos de Liga, los tres de Copa y los dos de Supercopa.
El Barça anda corto de efectivos y, además, hay jugadores a los que Koeman le ha demostrado muy poca fe. Júnior está casi inédito, Matheus no existe para el técnico (el brasileño no ha querido salir en invierno) y Pjanic o Riqui Puig no están disponiendo de demasiados minutos. Arriba, podría decirse que Koeman tiene menos problemas para rotar a jugadores como Dembélé y Griezmann. Aunque son jugadores de menos jerarquía, Trincão y Braithwaite trabajan para el equipo y es posible que se les vea más estas semanas. Es el momento de las decisiones importantes para Koeman.
Si Koeman quiere minimizar riesgos, lo lógico sería ver a jugadores como Araújo, Alba Pedri, De Jong o Messi jugar menos minutos contra el Betis. Pese a la buena preparación física demostrada por un equipo que ha jugado cuatro prórrogas en menos de un mes, si alguno de esos jugadores cae el Barça puede arruinar sus opciones de éxito.
Exigidos De Jong, Alba, Messi, Pedri y Araújo van al límite de minutos
Todas son buenas noticias en un equipo que amenazaba con convertirse en una banda
Se esperaban muchas cosas de Ronald Koeman pero no que armase un buen equipo: ahí nos ha cogido a casi todos con el pie cambiado. A menudo ocurre que el fútbol no es lo más importante para un buen aficionado. Hacemos ver que sí, que nos va la vida en ello y que todos nacimos con una pizarra bajo el brazo pero, en realidad, lo que realmente nos atrae tiene poco o nada que ver con lo que sucede durante noventa minutos sobre un terreno de juego. En el caso concreto de la armada blaugrana, lo único que necesitábamos para sentirnos interpelados en nuestra condición de hinchas era la insinuación de una vaga esperanza y eso, en el caso concreto del holandés, se resumía en la certeza de que ningún miembro de la plantilla se atrevería a desacreditarlo con un simple “¿Y tú a quién le has empatado?”.
Conocemos el negocio, que nadie se equivoque. Hoy todo es felicidad y buenas palabras porque el partido contra el Granada nos ha dejado ese poso de los mejores caldos, ese puntito de alcohol en sangre que lo mismo sirve para proclamar a tu equipo como el próximo campeón de Europa que para incurrir en un delito de apología de la amistad. Cualquier aspecto positivo que usted pueda señalar en el equipo de Koeman hoy, yo se lo multiplico por dos o por tres mañana.
Ter Stegen sigue siendo uno de los mejores centrocampistas de Europa. Araújo va camino de ganarse una estatua en el Port Olimpic como la que tenía el tal Coloso —no confundir con Coluna, el mito del Benfica— en Rodas. A Busquets dan ganas de bajarlo al filial para subirlo otra vez y hasta nos ha salido otro Pedri de la chistera canaria, como si de repente hubiésemos viajado en el tiempo hasta 2008. De Jong le está quitando el estigma a su apellido, Griezmann ya no parece francés y Messi sigue siendo Messi: el futbolista más barato del mundo. ¡Si hasta nos pitan penaltis inexistentes para equilibrar los partidos, como en los buenos tiempos! Qué más se puede pedir.
Como ven, todas son buenas noticias en un equipo que amenazaba con convertirse en una banda y ahora mismo tiene a la parroquia encargando flores y altares… Al menos hasta el siguiente partido, que es lo que dura la euforia en el fútbol: tampoco nos exijamos mucho más.