Intento fallido de arrebatar ingenieros en Ducati
■ Si hay alguien que siente con pasión los colores de Ducati Corse, ése es Davide Tardozzi. El team manager defendió esa casa como piloto de SBK y en cada gran premio de MotoGP deja alguna muestra de la pasión que siente por las carreras y por su querida marca. El bueno de Davide soltó dos perlas en la presentación del equipo que sirven para entender aún mejor la filosofía Ducati, una fábrica casi artesanal comparada con la poderosa Honda contra la que todos luchan.
La primera: “Somos 1.500 empleados y una de las claves es que todos somos tifosi de Ducati”. Y la segunda es la revelación de los permanentes intentos de robos de cerebros que sufren por parte de otras fábricas, pero frustrados: “Nuestros ingenieros son muy apreciados en el paddock y cada año dos o tres de ellos son tentados para irse a otras fábricas, pero la mayoría prefieren quedarse en Ducati”. Por algo será, y el buen ambiente que genera Tardozzi seguro que es una de las razones.
No parece que 2021 sea el mejor año para imponer un significativo aumento de costes a los deportistas. Es lo que ha decidido la Real Federación Española de Automovilismo (RFEdA) al realizar una profunda modificación en los rallys nacionales, que ahora pasan a ser un certamen mixto de asfalto y tierra con 14 pruebas puntuables. Algo que ha provocado una rebelión general, ya que ni los pilotos, ni los organizadores ni las marcas están de acuerdo con ello.
Tras intentar sacar adelante un supercampeonato mixto de tierra y asfalto paralelo en 2019 y 2020, su escaso éxito por falta de participación ha empujado a la RFEdA a tomar esta controvertida decisión: será la única disciplina con rango de Campeonato de España en 2021. Una estrategia que ha levantado ampollas entre los implicados, por cuanto supone un aumento considerable en el gasto al tener que disponer de dos configuraciones de