ZVEREV, DURA PRUEBA PARA DJOKOVIC
“Si hubiera sido otro torneo y no un Grand Slam me habría retirado, sin duda alguna. Pero es un Grand Slam, quiero dar lo mejor, saltar a la pista y recuperarme”, aseguraba Novak Djokovic tras derrotar en octavos a Raonic y con la cabeza puesta en el durísimo enfrentamiento que le espera hoy en los cuartos de final ante el alemán Alexander Zverev, que se deshizo de Lajovic, compatriota de Novak. “Será una gran batalla en la que ganará el mejor”, anticipaba el serbio.
Ante Fognini, un amigo al que se había enfrentado antes 16 veces (13-4 ahora en el balance), Rafa fue de menos a más. Antes de empezar, los médicos del torneo alarmaron al aparecer y preguntarle a Nadal qué necesitaba. Afortunadamente fue un error, porque no había pedido asistencia. “Será en otra pista”, dijo. Pasada esta anécdota, inició una labor de zapa que desgastó inexorablemente las fuerzas de un rival que venía castigado y ganó el primer set con cinco errores no forzados.
En el segundo, el número dos del mundo encajó una rotura peligrosa porque era el 4-2 para Fognini. Sin embargo, fue el punto de inflexión que puso el resto del partido a su favor, porque a partir de ahí no hubo más historia que la dictada por el ganador de 20 Grand Slams. Un parcial de 10-2 acabó con la resistencia menguante del de San Remo, que se entregó sin condiciones ante la evidencia. El último juego, con Rafa en plan arrollador, dejó una impresión magnífica. Parece que la leyenda llega a tiempo. Ojo con él.
Físico Nadal evidenció mejoría y la movilidad de piernas fue la habitual