Las lesiones azotan al Madrid
La plantilla suma 111 partidos de baja ● Llull ha faltado al 22% de los duelos desde que reapareciera en 2018
Llull pasó el jueves por el quirófano y estará varias semanas de baja. Se sometió a una artroscopia en la rodilla derecha, la castigada por la rotura del ligamento cruzado anterior que sufrió hace tres años y medio. Desde entonces ha faltado por lesión a 49 de los 216 partidos del equipo blanco.
El jueves por la noche, la exploración en la rodilla derecha de Sergio Llull, la operada hace tres años y medio, acabó en una artroscopia para superar las molestias que le acompañan desde que se hiciera daño el 29 de diciembre en la pista del Efes. Un problema que le inhabilitaba para jugar. Se perdió casi el mes de enero completo, regresó y luego faltó al derbi previo a la Copa. Después de la cita del KO, se resintió ante el Valencia, se entrenó un día y al siguiente, pero... no podía. Cojera, imposible seguir así, al quirófano. Le quedan varias semanas de baja, lo normal es que no vuelva hasta abril.
El de Llull es el último ejemplo de cómo las lesiones han castigado al Madrid, a una plantilla veterana afectada también por el coronavirus. Causeur estuvo 12 encuentros fuera y Laprovittola, 7 por la COVID-19. Los jugadores blancos acumulan, si contamos el duelo de hoy, en el que Taylor es duda tras superar su tercera rotura muscular del curso, 111 partidos de baja. El año pasado, por estas fechas, iban camino de 100 y la campaña anterior, la 2018-19, se quedaron en 99 al cierre de junio, aunque muy lejos de los 256 que acumularon en 2018, la temporada de la Décima, con lesiones gravísimas de Llull y Kuzmic, y otras graves de Randolph, Ayón y Campazzo. Entonces ninguno, menos el mexicano, alcanzaba los 30 años. Ahora es diferente, pero a los problemas crónicos de Llull y Rudy, se ha unido la rotura del tendón de Aquiles de Randolph (y ya se perdió 9 encuentros por un tobillo), la reincidencia muscular de Taylor y más esguinces de la cuenta para Deck y Carroll.
Complicado para Laso encontrar así la continuidad como equipo, como difícil ha sido para Llull mantener un pico alto de forma. La maldita rodilla derecha le ha hecho parar cuatro veces (tres este año) desde que volviera a jugar aquel 25 de abril de 2018; 8 meses, 2 semanas y 2 días después de romperse el ligamento cruzado anterior con España. Pero también ha sufrido cuatro dolencias musculares (dos en cada pierna) y un esguince de tobillo. Desde entonces ha faltado a 49 partidos por lesión (no participó en otros tres más por decisión técnica) de los 216 de los blancos, un 22%. Frenazos que le han restado confianza y regularidad. Con 33 años, y aunque deba reinventarse, tiene baloncesto por delante si la rodilla le da tregua. Lo vimos en diciembre, antes del enésimo parón.