Dani Gómez remat
Un doblete del delantero saca a La Rojita de un apuro ● Pasa de ronda como primera ● Hubo minutos para todos los jugadores de campo
Luis de la Fuente lo ha vuelto a hacer. Pasan los años, cambian las generaciones, se acumulan las bajas... Pero hay algo que siempre sigue igual: gana, gana y vuelve a ganar (incluso cuando sirve con empatar). Hace bueno aquel lema de Luis Aragonés con un perfil muy parecido al del Sabio de Hortaleza: un entrenador cercano, que consigue que sus jugadores vayan a muerte con él. Coge grandes talentos y fabrica campeones. Es el secreto de una Sub-21 que ha asombrado a Europa una vez más con un fútbol tan vistoso como eficaz.
Contra la República Checa se encontró un partido trampa. Es difícil jugar sin ataduras cuando sabes que sirve un empate, especialmente ante un rival que esperaba a que La Rojita se estirara para lanzar las contras. La primera media hora de los de De la Fuente fue muy buena. Acumularon cuatro llegadas claras, especialmente una jugada personal de Puado por la derecha que Barrenetxea no alcanzó a rematar.
El 1-0 se resistía y los checos escuchaban por el pinganillo la goleada de Italia que les eliminaba. Adelantaron líneas y se encogió España. Esos 15 minutos antes del descanso fueron los peores de La Rojita en el torneo, que a pesar de ello no recibió ningún disparo peligroso. En los mejores y en los peores momentos se mantiene un denominador común: la línea defensiva y el portero, Álvaro Fernández, son un seguro de vida.
Del vestuario regresaron con otra cara. Pasaron de uno de sus momentos más críticos a uno de los mejores. El seleccionador cambió de banda a Puado y Barrenetxea y la variación resultó clave, porque el de la Real Sociedad fue un cuchillo por la derecha.
Se sucedieron las oportunidades desaprovechadas y De la Fuente tuvo que recurrir a la bala que tenía guardada en la recámara. Entró Dani Gómez y embocó la pelota en la portería en la primera que tocó, en el 68’. Poco después, en el 77’, hizo el segundo y abrochó definitivamente la clasificación como primeros de grupo. El Tiburón de Alcorcón es letal cuando está enchufado.
En los minutos finales, un detalle que no es menor para De la Fuente: entró Riqui Puig, el único futbolista de campo que aún no había jugado. La armonía del grupo es tan importante como ganar y ese es uno de los secretos de esta Selección que está una vez más entre las ocho mejores de Europa.