Comida de conjura rojiblanca antes del arreón final
Gil Marín transmitió su apoyo
Quedan nueve jornadas de Liga, la recta final de una temporada ilusionante. El Atlético, el líder, sabe que viene el esfuerzo más duro para conquistar el título y por eso ayer celebró una comida de hermanamiento para cargarse de energía positiva. Después del entrenamiento, los futbolistas se subieron a los autobuses (dos, cumpliendo los protocolos sanitarios) para disfrutar del almuerzo junto a la sierra de Madrid.
Estos actos de convivencia son habituales en el vestuario, a menudo convocados por Miguel Ángel Gil. Así ocurrió varias veces la pasada temporada, cuando el equipo luchaba por entrar en Champions con apuros. Ahora, a pesar de los últimos resultados, la situación es objetivamente mucho mejor y el equipo pelea por el título. El consejero delegado representó ayer al club y, además de agradecerle la trayectoria que lleva el equipo, transmitió fuerzas para el último arreón. El domingo toca visita al Betis, un día después de un Clásico que puede apear del primer puesto a los rojiblancos, aunque sea provisionalmente. Los objetivos están claros, más allá del partido a partido.
Así, Gil Marín (Cerezo se lo perdió por motivos laborales), el cuerpo técnico, los jugadores y el resto de la burbuja del primer equipo compartieron un rato de relajación, risas y felicitaciones al cumpleañero Lodi. El club tuvo que pedir permiso incluso a LaLiga, que autorizó la comida con una serie de normas, supervisadas, como en los entrenamientos, por el inspector: mesas de cuatro, distancias...
Ambiente El vestuario hizo piña y se volcó con Lodi, que cumplió 23 años