Insomnio en Japón
Matsuyama, cerca del primer ‘major’ para su país
Hideki Matsuyama (29 años) acostumbra a llevar un séquito de periodistas nipones a su alrededor. La COVID-19 ha reducido el acompañamiento en Augusta, algo de su agrado (“estar con los medios sigue siendo difícil para mí”) y precisamente en el Masters estaba muy cerca de convertirse en el primer japonés en ganar un major. Este hierático deportista cuyo lenguaje gestual nunca permite desvelar nada, lideraba, al cierre de esta edición, con 5 golpes de ventaja sobre los norteamericanos Zalatoris, Spieth y Schauffele, con seis hoyos por disputar.
Matsuyama es peculiar fuera del campo. Pese a llevar ocho años en el circuito habla inglés con dificultad y va con intérprete. También es famosa su escasa pericia al volante que le ha llevado a situaciones esperpénticas en algunos parkings incluso para aparcar en batería. O su recelo con la privacidad hasta el punto de que anunció que iba a ser padre hace tres años y la noticia causó un enorme revuelo en los medios de su país que no sabían ni que tenía pareja. “Nadie me ha preguntado nunca si estoy casado”, dijo.
En el Masters, todo cambió durante la tormenta de la tercera jornada que paró el juego 78 minutos. Mientras muchos jugadores se resguardaron en la Casa Club, Hideki se metió en su coche y se puso a jugar
Jon Rahm Deleita en una jornada antológica en la que firma un -6 y el ‘top-ten’
a un videojuego en el móvil. Ahí repasó mil veces en su cabeza el mal golpe del 11. “Pensé que no podía golpear nunca peor. Y alivió mi presión”, reveló. Regresó al campo e hizo 6 bajo par en los últimos ocho hoyos. La historia le esperaba en la ronda final mientras millones de compatriotas no pegaban ojo para ver al primer japonés triunfando en Augusta.
Vueltón. Jon Rahm deleitó por fin con un maravilloso juego corto sin errores y un putt sólido que le llevó desde el par de los 54 primeros hoyos a un -6 final que le aseguraba un nuevo top-ten en Augusta (optaba incluso al segundo lugar) por cuarto año consecutivo. Birdie en el 1, 8, 12 y 15, eagle en el 2 y el resto pares dejaban un día inmaculado para el vizcaíno que a sus 26 años, y asentado en el top-3 del ranking mundial, sabe que es solo cuestión de tiempo que llegue por fin la oportunidad de luchar hasta el final por alzarse con un major, ya sea Augusta, u otro de los grandes. Por su parte, Olazábal acabó con +8, +3 en el día, en el puesto 50º.