“El Atleti cambió mi vida”
Diego Godín, leyenda del Atlético, recibe un homenaje de la Unión de Peñas rodeado del Cholo, Gabi, Koke, Giménez...
Eran las 19:10 cuando el auditorio del Metropolitano rompió en un aplauso con un ritmo, ese que marcaba un grito: “U-ru-gua-yo”. La primera vez que Godín lo escuchó en el Atleti estaba en Neptuno, celebración de la Supercopa de Europa ante el Inter, su primer partido con la rojiblanca, e iba dirigido a Forlán. “Y pensé: ‘Ojalá algún día me lo digan a mí, porque ese cántico me llega al alma”.
Un cántico de una grada poniendo en valor su tierra, allá de donde partió. Uruguay. De su infancia son las primeras imágenes que llenan la pantalla en el auditorio del Metropolitano esta tarde en la que la Unión de Peñas ha colgado el lleno. Se homenajea a una de las más grandes leyendas del club. Ese Diego Godín que llaman Faraón y que es uno de los tipos más grandes que ha vestido la rojiblanca, que la hizo más grande. En diez temporadas. Hace cinco años que se fue. Va a hacer diez en mayo de su gol en el Camp Nou. La primera Liga del Cholo como entrenador. En la platea muchos de los que estuvieron entonces, el Mono Burgos, Gabi, Koke, Giménez, Oblak, Moyá, Suárez, Simeone, su cuerpo técnico, físios, utilleros, enfermeros. 400 aficionados. Nadie ha querido perdérselo. Godín es eterno, Godín es Atleti.
Como Uruguay. “Lo que pasó aquí cambió mi vida”, comenzó a hablar con la voz encogida de las cosas que emocionan. “Fueron los mejores años. En lo deportivo y en lo personal. Acá en el Atleti fue algo diferente para mí, donde encontré amigos que son familia”, acentúa y en la platea varias personas asienten a la vez. Sofi, su mujer, Gabi, Koke. “Me hizo crecer como persona y forjar valores. Por eso creo que se hizo más fácil identificarme y que la gente se sintiera identificada conmigo, más allá de la barrera que siempre significa ganar”. Por él y parte de esos que llama familia cambiaron la historia del club. Si tuviera que elegir un gol, un momento, no se queda con ese que protagonizó en el Camp Nou sino con uno anterior. Pista: también era San Neptuno, 17 de mayo. “El cabezazo de Miranda en la Copa. Fue contra el Madrid, en el Bernabéu y ahí marcó un antes y un después”. Un cambio de mentalidad. Un pasar de página de los tiempos oscuros. Un sentimiento. “El Atleti era como si estuviera jugando en la selección uruguaya, que el sentimiento más amateur que conozco”. Y el más profundo. “Porque el lugar lo hace la gente, la compañía”. Esa que comienza a llenar el escenario para hablar sobre él. Koke, Gabi (“su virtud es que predica con el ejemplo”), Moyá, Suárez, el Cholo y todos los demás que han subido para hacerse la penúltima foto juntos. A sus pies, una niña aún sobre pasos tambaleantes, aplaude porque ahí está su papá. Nada más. Su legado en la vida como en el fútbol ese grito, que en el Atleti es para él. “U-ru-gua-yo”. “Die-go-Go-dín, Die-go-Go-dín”.