“Xabi está predestinado a dirigir al Real Madrid”
El que fuera jugador de Leverkusen y Madrid analiza al técnico que va a conquistar la Bundesliga.
Zé Roberto (São Paulo, Brasil, 49 años), exjugador de Bayer Leverkusen y Real Madrid, repasa en AS el temporadón del conjunto de las aspirinas dirigido por Xabi Alonso y explica qué es lo que distingue al tolosarra, cuyas sesiones de entrenamiento presenció en primera persona, del resto de técnicos.
—Se aproxima un día histórico en Alemania.
—Y me parece fenomenal teniendo en cuenta la grandísima temporada que está firmando el equipo. Juega un fútbol maravilloso y se merece ganar, como mínimo, un título esta temporada. También es bueno que un conjunto logre poner punto y final a la hegemonía del Bayern y reestablezca un cierto equilibrio en la Bundesliga. Lo que está a punto de ocurrir es importante tanto para la competición como para el club que, después de rozar la gloria en 2002, finalmente levantará su primera ensaladera y se consagrará como un grande más de Alemania.
—Todo gracias a Xabi.
—Así es. Xabi ha sido la pieza fundamental porque logró que sus jugadores interiorizaran su idea de una forma muy rápida. El engranaje entre el staff técnico y la dirección deportiva fue de matrícula de honor porque llegaron todos los jugadores que el entrenador pidió para proyectar su filosofía sobre el terreno de juego. Lo hacen todo bien: controlar, verticalizar, presionar. Recuerdo que vi una sesión cuando fui a Leverkusen hace poco y me sorprendió la intensidad con la que entrenaban. Y el propio Xabi también participaba. Era el que más ganas le ponía, mostrándole a sus futbolistas en primera persona lo que quería ver sobre el terreno de juego. La diferencia con respecto a los entrenamientos de otros clubes fue abismal. Cuando otros técnicos solo observan mientras sus ayudantes dirigen las sesiones, Xabi fue uno más. Admirable.
—¿Le sorprendió que decidiera quedarse un año más en Leverkusen?
—La verdad es que sí, sobre todo debido a la cantidad de equipazos que anduvieron detrás de él. Se habló del Bayern, del Liverpool e, incluso, del Madrid. Sinceramente, creo que todo lo que está ocurriendo está siendo sorprendente hasta para el propio Xabi. Está haciendo historia y tiene detrás de sí tanto a jugadores como directivos, algo que habrá sido clave a la hora seguir en Leverkusen. Sin embargo, estoy convencido de que pronto querrá dar el próximo paso de su carrera en los banquillos.
—Pero antes devolverá al Leverkusen a la Champions.
—Y para ello es necesario fichar, porque compaginar Bundesliga con Champions es muy complicado. Sin embargo, confío plenamente en los responsables del Bay Arena. Es más: este año sorprendió en la Bundesliga y el que viene tiene todas las papeletas para hacerlo en Champions. Independientemente de lo que ocurra, Xabi ya es leyenda. —¿Le ve entrenando al Madrid?
—Seguro, está predestinado a hacerlo. Su forma de pensar el fútbol y la manera de jugar que tienen sus equipos le convierten en el tipo de entrenador que todo presidente quiere para su club. Xabi es joven, cercano y tiene una filosofía moderna. Es un entrenador de futuro.
—¿Con qué jugador se queda?
—La temporada de Grimaldo ha sido increíble, pero tengo una especial debilidad por Wirtz. Lo tiene todo a pesar de ser tan joven: inteligencia, técnica y ese algo especial que le convierte en un jugador prácticamente completo. Lo tiene todo para triunfar en cualquier grande de Europa. Sin lugar a duda, es el futbolista más diferencial de este Leverkusen.
—Pero no el único...
—Todos brillan debido a la puesta en escena tan ofensiva que tiene. Llegan con muchos efectivos a los metros finales, por fuera y por dentro. Me recuerda mucho al City de Guardiola. Es un equipo trabajadísimo.
—Y ha acabado con el hechizo del ‘Neverkusen’.
—Nació en la 01-02 y yo formé parte de ese equipo que quedó segundo en la Bundesliga, Champions y Pokal. Fue algo que persiguió a la afición del Leverkusen desde entonces y es Xabi el que está a punto de arrancarles esa espinita. Nunca lo olvidarán.
—Entiendo que preferiría olvidar aquella temporada con la final de Champions en Glasgow frente al Madrid.
—Obviamente, los recuerdos no son los mejores. Los jugadores miden su trayectoria en títulos, pero la temporada no fue mala dado que lanzó a jugadores como Ballack, Lucio o a mí al estrellato. Lo que más me pudo doler esa temporada fue perderme la final de Champions por una amarilla que vi en semis. Vi una primera mitad igualada, pero el Madrid disponía de jugadores que eran capaces de marcar la diferencia en cualquier momento y así fue. Vaya golazo el de Zidane. Perdimos, pero tuteamos al Madrid.
—Quizá se repita la final en 2025.
—(Risas) Todo es posible. Sobre todo si los dos equipos siguen haciendo las cosas tan bien como hasta ahora. ¿Por qué no?
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