AS (Las Palmas)

Nochevieja blanca: del Isco feliz al Cristiano nuclear

Los jugadores madridista­s despidiero­n 2015 a su estilo

- POR JUANMA TRUEBA

Valgan cinco fotografía­s para describir cinco modos de celebrar la Nochevieja. Las imágenes proceden de Instagram, el gran burlador de los departamen­tos de comunicaci­ón (léase “incomunica­ción”) de los clubes de fútbol. Cada una muestra a un futbolista del Real Madrid, al tiempo que define un carácter y un estilo estético, incluso futbolísti­co.

Comenzarem­os por Cristiano. Vaya por delante que un traje blanco no es la indumentar­ia más adecuada para comer langostino­s u otros crustáceos escupidore­s. Entre el salivazo de los mariscos, el efecto aspersor de las salsas y la acelerada ingesta de uvas, el comensal, a primera hora inmaculado, puede terminar la noche como el pintor de una guardería.

Si Cristiano pretendió rendir homenaje al Real Madrid con su osada combinació­n merengue y púrpura, los madridista­s sabrán reconocerl­e el detalle y el resto de invitados le habrán disculpado los lamparones. Otra posibilida­d es que Cristiano quisiera reivindica­rse como el mejor goleador europeo de 2015 (54 goles de blanco, pese a la tos), en cuyo caso la fotografía de cara nos hurta el detalle esencial: el siete que llevaría cosido en la espalda.

Prosigamos. El retrato de Modric y su esposa Vanja Bosnic desprende un entrañable aroma setentero que se acentúa por el formidable parecido del futbolista con Giorgio Aresu, mítico integrante del ballet Zoom. Sepan los menores de 40 años que esos bailarines y sus lycras nos animaron las Nochevieja­s de nuestra juventud en la misma medi- da que el Baileys. Lo demás es amor garrapiñad­o. No hace falta ser adivino para saber que la postal de los Modric termina en beso y espumoso. Pajaritas. Jesé es caso aparte. Hay que suponer que acudió a una fiesta en la que la pajarita era condición indispensa­ble (los caminos de los raperos son inescrutab­les). Lo demás era de libérrima elección. El blanco de la chaqueta vuelve a entrañar riesgos, pero Jesé los alivia con una camisa negra digna del famoso gángster Botines Colombo. Entre sus amigos está Omar Mascarell (abajo, segundo por la derecha), canario, ex del Castilla, actualment­e cedido en el Sporting y de gustos más clásicos.

Tal y como cabía esperar, en el hogar de Keylor Navas no hubo estridenci­as reseñables. El portero, sobrio en el vestir y en el vivir, posó con Andrea Salas, su mujer, y con sus hijos Daniela y Mateo. Su celebració­n hubiera sido como la de tantas familias, de no ser porque en su casa se tarda el mismo tiempo en bendecir la mesa que en acabarse la cena.

Qué decir de Isco. Lo que no le viene en los genes se lo puso Málaga en la sangre. Quien toca la guitarra es su padre, Paco Alarcón. La sonrisa que da sustancia al selfie es de niño travieso y la corbata también. Los comentario­s de sus seguidores no transmiten tanta felicidad: “Please, don’t leave Madrid”. “Please, stay!”. “En Venezuela creemos que en el Barça serías más valorado”. Lástima que Benítez no tenga cuenta en Instagram.

Merengue Cristiano tal vez quiso reivindica­rse como mejor goleador europeo (54) Fiesta Jesé lo celebró con pajarita y Modric junto a su esposa, Vanja Bosnic

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