Mediáticos en sus horas más bajas
Joaquín y Van der Vaart encaran de forma distinta su mal momento
Futbolistas mediáticos, con efecto llamada”. Así calificó el director deportivo verdiblanco Eduardo Macià las llegadas veraniegas de Rafael Van der Vaart y Joaquín Sánchez. Prólogo y epílogo de una criticada planificación, pues el fichaje del holandés se produjo a principios de julio y el del portuense, el último día de mercado. Ambos disfrutaron de gran repercusión en las redes sociales, en los medios de comunicación y en la afluencia de aficionados al Villamarín. Pusieron al Betis en el mapa pero quizá también lo hipotecaron deportivamente hablando. Sobre todo en el caso de Rafael, cuyo rendimiento, en opinión casi unánime del beticismo, ha sido hasta el momento paupérrimo: 178 minutos de Liga, 120 de Copa y una asis- tencia a Van Wolfswinkel como toda producción ofensiva...
La pareja holandesa se quedó en la grada durante el derbi del martes, debut de Juan Merino en el banquillo bético. Ese ostracismo no ha sentado bien a Van der Vaart, que se quejaba al diario Bild: “Estoy en el momento más bajo de mi carrera. Quiero jugar...”. Considerado la campaña pasada por sus propios compañeros como mayor decepción de la Bundesliga, Rafael desliza entre líneas una marcha invernal que no será fácil: su alto sueldo y sus tres años de contrato casi lo imposibilitan.
Otro trienio firmado y parecida morterada cobra Joaquín. Pero el portuense, que tuvo momentos brillantes en el inicio, mira al futuro con una perspectiva más optimista que su compañero: “¿Si se ha ido ya el gran Joaquín? No. Vine al Betis a muerte, para lo bueno y para lo malo. Soy un jugador con confianza y lo demostraré”, dijo dando la cara en conferencia de Prensa, como capitán que es. El beticismo, al contrario que a Van der Vaart, le tiene fe todavía.