Gameiro, desencadenado, mete al Sevilla en Europa
Los de Emery pidieron la hora ante un Málaga con fe
El Sevilla sudó sangre y pidió la hora desde el balcón de su área con diez jugadores (Iborra, expulsado en el 83’) para llevarse un partido al filo de la navaja en el que el Málaga (que también terminó con uno menos por roja a Boka en el 93’) demostró una fe descomunal y exprimió hasta el extremo a un equipo que sobrevivió gracias a un francés en estado celestial. Sin cadena, como el ciclista inspirado en los grandes días, Kevin Gameiro puso patas arriba Nervión en tres minutos de magia. Sus dos definiciones, deliciosas (40’ y 43’), elevaron a los de Emery a puestos europeos y cortaron la racha de un Málaga muy capaz que jugó el partido de rivalidad con la pasión habitual y un plan valiente. Le fue pasando de todo, pero nunca capituló.
Gameiro, cinco goles esta semana y no a rivales cualquiera, marcó el 1-0 a lo Romario, con una vaselina impecable. El segundo tuvo una sutileza mayor aún. Los dos, además, añadieron registros futbolísticos diferentes: uno, el juego directo (pelotazo de Rami). Otro de bello contragolpe en combinación con un gran Vitolo que pudo hacer falta a Boka en el inicio de la acción. Todo ello en tres minutos en medio del alboroto general en una semana brillante del Sevilla, que ya ha arrancado y empieza a atisbar, una vez más, un futuro feliz en el que brilla Gameiro, que envía señales luminosas desde Sevilla a Deschamps. La Eurocopa…
Fue un partido difícil de interpretar que pasó por innumerables fases. Gracia estuvo valiente y hasta el minuto 25 el Málaga había tirado cuatro veces y el Sevilla ni se había acercado. De pronto, los dos zarpazos desquiciaron a los visitantes, que evitaron el 3-0 y se recuperaron gracias a las incorporaciones Duda y Santa Cruz y el gol de Charles. Por momentos, se sospechó el empate pero el partido se ensució y los tres minutos de Gameiro, al fin, resultaron triunfadores.
Los goles del galo en el 40 y en el 43 cortaron la racha de siete partidos invicto del Málaga