El asedio del Tenerife se queda sin premio
El Numancia supo resistir al empuje de los blanquiazules
El Tenerife se quedó cerca de firmar su tercera victoria consecutiva y así asaltar los puestos altos de la clasificación. No obstante, su asedio sobre el marco soriano no acabó en triunfo porque faltó pegada. Los blanquiazules lo intentó de todas las maneras ante un Heliodoro entregado, pero su empeño y buena actitud resultaron estériles.
Para ambos equipos era un partido para crecer, para asomarse a la zona noble a través de una victoria balsámica. Los isleños saltaron con su once de gala con la consigna de salir a morder. Los compases inaugurales trajeron un par de avisos para los foráneos. Lozano desaprovechó la más clara y su disparo cruzado lo paró Munir. Omar Perdomo estuvo a milímetros de cazar un balón franco para romper el marcador.
No discurrieron ni diez minutos y Omar dispuso de otra oportunidad más tras un magnífico pase del ‘Choco’. El fútbol del Tenerife tenía de todo… excepto precisión. Y la nula puntería a la hora de definir pudo condenar a los de Martí antes del descanso, cuando el gobierno blanquiazul había cedido en intensidad y el Numancia emparejó las fuerzas. Emergió Dani para salvar ante Luis Valcarce la única rojilla.
El segundo acto fue más nivelado y los visitantes llegaron con más frecuencia. Hacía falta un revulsivo a los locales, así que Martí apostó por Nano. Sorprendió el cambio, pues el sacrificado fue Aitor. Antes, el Tenerife había tenido su enésima ocasión clara pero un centro exquisito de Alberto no encontró rematador (66’). Desde entonces y hasta el final, los de Martí quemaron todos sus cartuchos. Incluso abogó el balear por dar carrete a Jairo, a quien rescató del ostracismo y le concedió minutos. El esfuerzo del tenerife era evidente por desnivelar la igualdad, si bien todos sus intentos de gol (muy numerosos) se fueron al limbo.
Los tinerfeños hicieron buen fútbol pero sin precisión; el Numancia tuvo la suya