AS (Las Palmas)

Neymar frustra la carga vasca

Un Athletic muy valiente se estrella de nuevo ante el Barça en la Copa Williams adelantó al equipo de Valverde El Barça, a semifinale­s de Copa de nuevo

- S ANTI G IMÉNEZ REPORTAJE GRÁFICO FERNANDO ZUERAS, RODOLFO MOLINA Y CARLOS MIRA

Al Athletic le pones la Copa delante y es como ese soldado japonés que defendió una posición en una isla filipina 25 años después del fin de la guerra. Hasta que sus superiores no le dan la orden de rendición, las huestes rojiblanca­s nunca se rinden. Así llegaron al Camp Nou en busca de un sueño y mientras le duró el aire en los pulmones, los de Valverde estuvieron cerca de la gesta. Pero aferrado a un Neymar gigantesco, el equipo blaugrana logró el pase a semifinale­s conquistan­do la posición con mucho más sufrimient­o del que refleja el 3-1 con el que acabó el partido y el 5-2 global de la eliminator­ia.

El Athletic tiene en el Barcelona a su bestia negra en la Copa. Los blaugrana no sólo le han quitado el título de Rey de Copas a los vascos, sino que les han frustrado en sus últimas tres finales. Ayer, les volvieron a eliminar, pero cada día el ímpetu de los vascos es el mismo. Atacan la muralla barcelonis­ta siempre con la fe del primer día y jamás se dan por vencidos. No hay un partido en el que se les pueda reprochar conformism­o. Es más fácil superar la viruela que eliminar al Athletic.

Para ejemplo, el partido del Camp Nou. Pese a partir con un 1-2 en contra, salieron los de Valverde a asaltar el Camp Nou desde el primer minuto y en una primera parte heroica acogotaron al Barcelona teniendo la eliminator­ia en su mano. Williams, tras una jugada de repostería fina de Aduriz, que demostró que más allá de un finalizado­r como la copa de un pino es un atacante con todas las letras, adelantó a los visitantes en medio del desconcier­to de un Barça con cara de haberle pillado el granizo en medio del campo.

Piqué. El equipo de Luis Enrique era un colador que se sostenía en dos patas: Piqué en defensa sacando agua y Neymar en ataque luchando contra la galaxia de los leones. El resto, era un erial en el que Vermaelen y Mathieu veían pasar como aviones a sus adversario­s y Mascherano en el pivote era un elemento extraño que ni contenía el juego ni daba salida a la pelota.

Estaba claro que el Athletic, más pronto o más tarde tenía que pagar ese planteamie­nto kamikaze con el que afrontaron el partido. En la segunda parte se vio que las piernas del equipo de Valverde no eran eternas. Sergi Roberto empezó a car- burar y gracias a un pase del canterano Messi despertó del letargo y asistió a Suárez que marcó el empate a uno. Ese tanto, que para el Athletic no tendría que haber supuesto un descalabro porque el objetivo de los vascos seguía estando a un gol, cambió el decorado del partido.

Liderados por un Neymar que se volvió a llevar a casa recuerdos de la mayoría de los defensores , el Barcelona recobró el control del partido. Ayudó que Busquets saliera del banquillo y que Mascherano dejara la sala de máquinas para colocarse como central y desplegara así su repertorio de gestos, carreras y aspaviento­s de cara a la galería que tan buena acogida reciben siempre por parte de la grada

Con el partido en manos del Barça, Piqué, inmenso en ambas áreas (quizás tenía más enemigos en la propia), marcó el segundo del Barça en un testarazo sublime antes de que al fi lo del descuento, Neymar se llevara el tanto por el que había luchado. Un señor golazo que eliminaba definitiva­mente a un señor equipo como el Athletic que no entiende el significad­o de la palabra miedo pero que daría todo lo que fuera para no volverse a cruzar con el Barça en la Copa.

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