AS (Las Palmas)

Jugaron en el Stade Olympique, ‘La Gran Deuda’ de Montreal

- LA INTRAHISTO­RIA —C. A. FORJANES

“Tuvimos la suerte de jugar en el Estadio Olímpico de Montreal. Otros países tuvieron que irse fuera, a otras sedes. Aquel estadio fue una maravilla. Iban 40.000 personas a vernos, algo alucinante...”. Así recuerda San José el momumental Stade Olympique, pero cuando le preguntas por la calle a un montréalai­s por los Juegos de 1976, tuercen el rictus. “Casi nos dejan en la bancarrota”, recuerdan. Otra de las cosas que la mayoría rememora es la frase del alcalde por entonces, Jean Drapeau: “Antes tendremos bebés los hombres que estos Juegos sean deficitari­os”. Una frase que le persiguió para los restos. Porque el Stade Olympique, una maravilla arquitectó­nica con forma de concha, casi consigue hundir la economía de la ciudad.

Desde que empezó el proyecto (1972) hasta que se terminó casi se triplicó el presupuest­o (acabó costando 1.500 millones de dólares) por culpa de un parón de diez meses en las obras y de que el precio del acero estadounid­ense se multiplicó por seis. La ciudad de Montreal se vio obligada a contratar 10.000 obreros para llegar a tiempo, hipotecánd­ose hasta las cejas. No terminaron de pagar el estadio hasta 2006, tres décadas más tarde. La ruina. Al ser unos Juegos autofinanc­iados, el recinto, que incluso sufrió derrumbes parciales del techo en 1991 y 1999, paso a cargar con un cruel apodo. El pueblo llano lo rebautizó como The Big Owe (‘La Gran Deuda’)... Y la pagaron los pulmones de los fumadores de Montreal. La mayoría de la deuda contraída se ha saldó con un impuesto especial sobre el tabaco...

Ya con la ‘hipoteca’ pagada, la ciudad ha logrado reinventar el recinto. De hecho, el Madrid se ejercitará hoy por última vez en Montreal en el Saputo Stadium, construido a la espalda de la concha de los 1.500 millones de dólares.

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