Chris Froome “Recibí pocos ataques y nadie quiso arriesgarse”
A los 31 años, Chris Froome conquistó su tercer Tour. Igualado a títulos con Thijs, Bobet y LeMond, sólo tiene por delante a los cuatro pentacampeones: Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain. “Es un orgullo hacer historia”. Sonríe.
➥ ¿Sus sentimientos como triple vencedor del Tour?
—De felicidad y agradecimiento al equipo por tres semanas de dar el máximo. Nos dejamos la piel en la carretera, literalmente. Me siento un privilegiado por liderar al Sky.
—¿Qué le dirá a su hijo sobre estas 21 etapas?
—Que hubo momentos increíbles, como el descenso en tromba a Bagnères de Luchon, los abanicos con Peter Sagan, la caída en los Alpes… o la carrera a pie en el Mont Ventoux. (El bebé Kellan y Michelle, su mujer, le recibieron en la meta).
—Con cuatro minutos de margen, ¿le llegaron a preocupar sus heridas?
—El día que me caí resultó difícil. Tuve mucho dolor y debí cambiar de bici. Emocionalmente estaba exhausto, pero las piernas funcionaron. Eso demostró que hasta París no se gana. Sin mis compañeros, el panorama habría cambiado. Los ocho, los mejores de siempre del Sky en un Tour, se comprometieron por una única causa: mi triunfo.
—Los golpes supusieron más quebraderos que sus adversarios, que no le apretaron.
—Sí, he pensado en los pocos ataques que realizaron. Contaba con cuatro minutos: administré mi ventaja y nadie quiso poner en peligro sus posiciones.
—Suma tres Tours. ¿Se plantea alcanzar el récord de cinco? ¿Las otras dos grandes?
—De momento, me centro en el Tour. Me encantaría regresar y tratar de vencer durante cinco o seis años más. Se trata de mi tercera victoria en el mayor evento, el sueño de cualquier ciclista. Disputaré los Juegos y tal vez la Vuelta. Es más difícil acudir al Giro cuando te focalizas en el Tour. Me enorgullece que mi nombre se vincule a la historia.
—Pareció su Tour más fácil.
—Me acostumbré a la vida de amarillo y a defender el maillot, aunque surgen retos diferentes. Trabajé mucho para lograrlos. Desafortunadamente, Contador se cayó y otros no anduvieron bien. Creo importante para nuestro deporte librar una batalla por el Tour. Mi renta de cuatro minutos no lo es.
—El Sky dominó de manera aplastante, pero en 2016 no le ha perseguido la sospecha.
—Procuré dejarla de lado con transparencia. Publiqué mis datos fisiológicos. Aparte, han ocurrido cosas más importantes que un Tour, como las pérdidas humanas de Niza. Aunque nuestras vidas no paran, esa tragedia colocó en perspectiva las prioridades.
—¿Se usan los motores en el ciclismo actual?
—Pienso que se pudieron utilizar en el pasado, pero ahora hay que estar loco con la cantidad de controles y tecnología que se emplean para cazarlos.
—¿Le beneficiaron los comisarios de la UCI en el Ventoux?
—No. Se tomó esa resolución por una razón obvia: la subida se paró por elementos externos. Se aplicó el mismo tiempo a los tres implicados, y a los que quedaron taponados por detrás.
—Escoja su momento preferido del Tour de 2016.
—La bajada del Peyresourde. Fue ciclismo puro.