La pelota, tan parada como el juego

El campeonato de Liga es eso que pasa mientras el Barça y el Madrid siguen tratando de disimular sus carencias a base de jugadas a balón parado mientras marcan paquete con goles de jugadores pagados a precio de oro, entrenados por técnicos comprados en el todo a cien que ganan partidos gracias a jugadas de estrategia que diseñan sus ayudantes en medio de un declive futbolístico preocupante. Hacía tiempo que no se veía un partido más mugriento y falto de categoría entre los gigantes del fútbol español como el de ayer en el Camp Nou, donde la única emoción la pusieron los errores disparatados de dos supuestos cracks de segunda fila de unas plantillas sin ninguna idea de juego y que viven de la inspiración individual de sus figuras. Desde ambos banquillos, el mensaje estaba claro: encefalograma plano.

Al fin y al cabo, para decidir partidazos como estos en jugadas a pelota parada no hacían falta tantas alforjas ni tantos millones. Teniendo en cuenta la cochambre de partido que se vio y que se jugó a las cuatro y cuarto de la tarde en deferencia al público asiático, se puede concluir que después del esperpento del Camp Nou, el bádminton seguirá siendo por muchos años el deporte rey en el continente asiático. Carolina Marín, presente en el partido, lo podría atestiguar. LaLiga sigue igual, el fútbol, peor, las apuestas por el Balón de Oro o The Best igualadas en función del fanatismo. Y mientras tanto, para desgracia de todos, la pelota sigue parada. Y el Barcelona más. Sigue el equipo blaugrana sin completar 90 minutos seguidos buenos. Y estamos en la jornada 14 de Liga. ¡Qué viva el bádminton!