Enésimo empate en casa del Alavés y primeros pitos
Las Palmas dominó por completo pero le faltó pegada
Enésimo empate del Alavés en Mendizorroza. Los de Pellegrino ya han jugado siete partidos en casa y sólo han conseguido una victoria ante el Granada. El público comienza a impacientarse por ello y ayer lo hizo evidente con pitos y cierto malestar. Y eso que el entrenador argentino cambió sobre la marcha de sistema (pasó a tres centrales) y terminó con Santos, Deyverson y Toquero arriba. Las Palmas tuvo mucho mérito al controlar el esférico durante todo el choque pero le faltó pegada para llevarse los tres puntos de Vitoria. Hizo incluso méritos para ganar.
Los alaveses arrancaron con muchos bríos y, en apenas cuatro minutos, botó tres córners, una falta peligrosa desde la banda y obtuvo un gol, el de Alexis Ruano en el segundo palo. A partir de ahí, los albiazules se metieron atrás y cedieron el control a Las Palmas. Los canarios se hicieron con la batuta del choque pero el dominio era muy horizontal y apenas generaba ocasiones. Míchel Macedo era el único que mostraba verticalidad pero con poca precisión en los últimos metros. Jonathan Viera también tuvo algún remate claro pero no acertó con los tres palos. Desajuste atrás. En la segunda parte, más de lo mismo hasta que llegó un desajuste defensivo de Vigaray con Alexis, lo cual provocó el buen servicio de Helder y el golazo de Livaja (que se enfadó al ser sustituido). Los amarillos (ayer de naranja) lo habían merecido de sobra. En el ecuador de la segunda parte, Pellegrino cambió a una defensa de tres centrales que permitía más profundidad para las bandas de Theo y Vigaray. Pero ni por esas. Las entradas de Santos y Toquero tampoco fueron decisivas y fue Las Palmas quien más peligro llevó a la puerta contraria. Tana y Viera pudieron rematar la remontada pero tampoco acertaron con la puerta de Pacheco. El Alavés tuvo el balón el 44 % del tiempo y los canarios el 66 %. La gente se marchó de nuevo con la mosca detrás de la oreja porque el conjunto vitoriano no enamora en Mendizorroza aunque se muestra muy efectivo en sus desplazamientos ligueros y coperos. Seguirá persiguiendo las buenas sensaciones en la carretera.