AS (Las Palmas)

Ni rastro del milagro

El Barça tuvo que remontar un 0-2 ante el Eibar ● El árbitro echó una mano con dos penaltis inexistent­es ● Recital de fallos ante Yoel

- SANTI GIMÉNEZ

El guionista del fútbol se lució en la tarde de ayer en el Camp Nou, pero no en el sentido que esperaban los aficionado­s que fueron al Camp Nou buscando un milagro y se encontraro­n con un partido surrealist­a que el Barça acabó ganando por 4-2 después de que el Eibar se adelantara por 0-2 con dos tantos de Inui, el primer japonés que marca un gol al Barcelona.

El partido fue una buen resumen de lo que ha sido la temporada del Barça, que se mostró como un equipo demasiado frío de salida, que tuvo demasiada prisa cuando se vio por detrás en el marcador y que falló ocasiones escandalos­as cuando todo parecía tenerlo a favor para marcar. El Barça fue poco más que la inspiració­n de Messi y la ayuda de un árbitro desconcert­ante que señaló dos penaltis inexistent­es a favor de los locales, quien sabe si para lavar la conciencia del gol que se tragó en el Benito Villamarín y que no concedió a pesar de que aquella pelota había entrado más de medio metro.

El ambiente en el Camp Nou no invitaba a soñar con los milagros. El Eibar salió mucho más metido en el partido que los de Luis Enrique, que la primera vez que pasaron de medio campo fue cuando el Madrid ya encarrilab­a el partido y el título en Málaga.

A los siete minutos la intensidad del Eibar encarnada a la perfección por Inui, que se marcó un partidazo descomunal, obtuvo su premio con un gol del jugador japonés. El título de Liga se ponía en chino. Necesitaba cuatro goles el Barça para que le tocara la rifa: dos en el Camp Nou y otros dos en Málaga.

Y en el Camp Nou no tenía pinta de que se fueran a anotar, porque Luis Suárez comenzó un increíble recital de fallos clamorosos ante la portería de Yoel, que empezaba a parecer un gigante a los ojos de los delanteros del conjunto catalán. La segunda parte comenzó exactament­e igual que la primera a excepción hecha de que Sergi Roberto se quedó en la caseta por unas molestias. El Eibar apretaba, el Barça no se enteraba de nada y el Madrid, por su parte, cerraba el partido y la Liga con su segundo gol, que precedió en minutos al segundo de Inui.

Con 0-2 en el marcador y el Madrid dominando en Málaga por idéntico resultado a lo único que aspiraba el Barcelona era a adecentar la noche y ganar, por lo menos, el partido.

Y en esta tesitura apareció la suerte y el árbitro para remontar la noche. Juncà acortó diferencia­s en una jugada desgraciad­a con un autogol tras un disparo de Neymar al palo que le rebotó cuando acudía a evitar el tanto. Poco después asistimos a un autopenalt­i de Alba sobre sí mismo que sólo vio el árbitro, puesto que cayó tras chutar al suelo sin que mediara intervenci­ón de ningún rival. La pena máxima, para aumentar el surrealism­o de la noche fue fallada por Messi, que erraba así el primer penalti de la temporada. Cuatro minutos después, Suárez se desquitó de su mala racha marcando un gol que se le resistía y a continuaci­ón el árbitro picó ante Neymar y señaló otra vez los once metros además de expulsar a Capa por segunda amarilla. Messi esta vez no falló. Para cerrar el partido con algo de buen sabor de boca el argentino se despidió de esta Liga con un golazo marca de la casa que supone el récord goleador del Barça en la historia de la Liga con 116 tantos que se echaron de menos en los campos donde el Barça, como ayer, fue claramente irregular.

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