Ceremonia de la confusión con el realista Íñigo Martínez
■ Animado por el gusto que le profesa Valverde, y necesitado de un cuarto central por las dudas sobre Marlon y las lesiones de Vermaelen, el Barça se puso en contacto con el agente del
Íñigo Martínez (su tío) para comunicarle su intención de fichar al de Ondarroa. Con
Iñaki Ibáñez en labores de intermediación, la respuesta de la Real fue clara: 32 millones de euros, su cláusula de rescisión.
Durante días, en San Sebastián se dio por hecho el traspaso. Por el camino, el Barça cambió de opinión: 32 millones le parecieron muchos y filtró que Íñigo ya no es una preferencia para el club azulgrana, que podría esperar a que el
Palmeiras quedase eliminado de la Copa Libertadores para ejecutar la cláusula de 9 millones que tiene para quedarse en propiedad a Yerry Mina. El caso Íñigo Martínez, sin embargo, no está cerrado. La relación entre los presidentes Aperribay y Bartomeu, es óptima. Íñigo sueña con el Barça, pero no quiere ni de lejos salir por la puerta de atrás de la Real. Recién casado en su Ondarroa natal, San Sebastián es su casa. Por eso no quiere un pago in extremis de la cláusula el último día de mercado.—